Carta a Generación

Otraparte, 16 de febrero de 2005

Señora
Beatriz Mesa Mejía
Directora Generación
El Colombiano
Envigado

Apreciada Beatriz:

Dijo Fernando González en 1947, en una carta dirigida al Honorable Tribunal Superior de Medellín: «Hay que tener en la cuenta que un pueblo es un microcosmos; que así como sea una aldea, así es la patria. […] Este expediente, Maestros y señores, es un proceso contra la Colombia de hoy, país cuyo dios es el dinero malganado; país que ya siente náuseas por el trabajo; país abandonado ya de la gracia». Esto lo escribía con dolor al considerar que «no hay escuela ni universidad».

Si en la Colombia de 1947 no había escuela ni universidad, y el dios de los colombianos era el dinero malganado, no tiene por qué asombrarnos entonces que cuarenta y cincuenta (¿y cuántos más?) años después el país se haya convertido en esta triste mezcla de mafias, violencias y corrupciones.

De ahí que no debe ser menospreciado el trabajo cultural de tantas personas y entidades que luchan por generar valores diferentes y cambiar o enseñar nuevas y asombrosas maneras de asumir la vida y entender el universo.

Porque no se trata sólo de subsistir, de «ganarse la vida», sino de «ser», misterio profundo. De crear la «persona», aquel ser asombrado ante la vida, solidario, culto, educado, crítico, consciente, responsable, comprometido, diferente, único, pues todos tenemos la capacidad de ser «únicos». A partir de allí, de la persona, del individuo culto, nacerá la verdadera sociedad justa y próspera que soñamos.

Considere esta breve nota como un reclamo cordial al Estado y a la empresa privada para que miren más allá de sus horizontes cercanos y comprendan que la inversión en cultura y educación no es el capricho de unos pocos soñadores, sino el futuro luminoso del país.

Saludo cordial,

Gustavo Restrepo
Director Ejecutivo
Corporación Otraparte

Nota:

Carta publicada el 20 de febrero de 2005 en el suplemento literario Generación de El Colombiano.