Exposición
El silencio como fruto difícil
—Bajo la curaduría de Lucía Estrada en la Casa Museo Otraparte—
Hace unos meses, cuando Lucía Estrada, curadora de la Casa Museo Otraparte, presentó al equipo la propuesta «Un fruto difícil», la expuso como un hilo que recorre la obra y la vida pública de Fernando González y situó la Casa Museo como escenario de una materia en expansión. En su intervención habló de cuatro silencios que son uno: el reflexivo, los silenciamientos sociales y culturales, el meditativo y la fiesta silenciosa de la muerte, y a partir de ellos propuso una exposición concebida como recorrido por esas formas de callar y de pensar.
A continuación, compartimos sus palabras tal como las expresó en esa conversación con el equipo.
Incluso desde lo artístico, esta propuesta marca una apertura. Nunca antes habíamos tenido en la Casa Museo una exposición con un carácter distinto al informativo. Esta vez quisimos silenciarla, dejarla muy blanca. Pero sabemos que ese blanco, como decía el poeta Gonzalo Rojas, no es un silencio total. Es un murmullo, un zumbido. Y ese zumbido nos dice algo. Son voces que están ahí, como a través de un velo.
Por eso quisimos darle cabida a esa presencia: al murmullo del silencio, a esa vida que nos habla todos los días y que muchas veces pasa inadvertida.
Estamos trabajando en una apuesta museográfica basada en textos que giran en torno a cuatro momentos del silencio. El primero es el silencio meditativo, muy presente en la obra temprana de Fernando González. Luego están los silenciamientos impuestos, porque su vida política fue intensa: fue polémico, censurado, condenado, marginado. En medio de esa vida diplomática y pública, y también en la familiar, él buscaba ese fruto difícil: el silencio.
Después viene el silencio reflexivo, que corresponde a su última etapa. Es cuando empieza a recoger todo. Aparece entonces El libro de los viajes o de las presencias, que es fundamental en su obra. Finalmente, el cuarto momento es lo que él mismo llamó la fiesta silenciosa, es decir, la muerte. No como desaparición, sino como una recogida: «no murió, lo recogió el silencio». Esa fue su conquista más difícil.
En estos tiempos de prisa —ahora mismo vengo bajándome de un taxi, corriendo de un lado a otro— esto cobra aún más sentido. El silencio hoy puede abordarse de forma profunda. Tiene que ver con la lentitud, la muerte, las preguntas que esta deja. Y también con las preguntas que deja la vida misma, en su ruido constante, que siempre desemboca en el silencio.
Estamos muy contentos con esta exposición, porque ahora sí la casa está vacía como un vaso. Y como lo dice el Tao, solo un espacio vacío permite que lleguen otras cosas. Si uno está lleno del barullo interior —ese bullicio del que hablaba Fernando González— no entra nada más.
Descubre Un fruto difícil: la exposición, de Del 9 de septiembre al 15 de octubre de 2025 en la Casa Museo Otraparte — más información aquí.


