Conferencia

Arte, restauración y conservación de
la iglesia San Anselmo en el sur del
Bronx en la ciudad de Nueva York

Julio 10 de 2014

Rubén Darío Cano Arredondo

Rubén Darío Cano A.
Fotografía de David González
para The New York Times

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Rubén Darío Cano Arredondo es pintor, escultor, curador y restaurador. Nació en Envigado, Antioquia, y está radicado desde 1991 en Estados Unidos, país donde ha tenido la oportunidad de hacer amistad con grandes representantes de la salsa y el jazz como los maestros José Mangual Jr. y Leopoldo Fleming (percusionista de Myriam Makeva y de Nina Simone), quienes lo acompañan durante esta visita a Colombia. Durante 55 años ha sido conservador de arte y de bienes inmuebles públicos, dedicándose a restaurar monumentos y obras alrededor del mundo, especialmente de carácter religioso. Su temprana vocación plástica se vio motivada por el Premio Nacional de Dibujo Infantil que recibió a los ocho años de manos del escritor Fernando González Ochoa. Entre 2006 y 2008 fue restaurador de la iglesia de Nuestra Señora de Lourdes en Nueva Jersey, y actualmente lo es de la iglesia de San Anselmo en Nueva York, construida hace 120 años y declarada patrimonio histórico de los Estados Unidos. Su motivación al trabajar es que las próximas generaciones puedan apreciar el arte antiguo. Para él es relevante demostrar que los colombianos también tienen la capacidad de intervenir monumentos que son patrimonio de la humanidad. En 2013 el periódico El Colombiano le concedió la distinción Colombiano Ejemplar.

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Rubén Darío Cano Arredondo
Darío Cano, José Mangual Jr.
y Papo Pepin

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Un pintor que vive entre
ángeles y santos en Nueva York

Razón tenía el filósofo Fernando González cuando le entregó el premio de pintura Prismacolor y le auguró que no dejaría de pintar. En ese entonces Darío Cano Arredondo tenía ocho años y aunque era un niño, cargaba desde entonces con una gran responsabilidad: ayudar económicamente a su mamá.

Hijo de Marco Fidel Cano Tobón, pionero del arte popular en Antioquia, y Rosario Arredondo de Cano, Darío ha estudiado y trabajado toda la vida. Empezó como caddie en el Club Campestre, donde pronto encontraría a sus primeros ángeles: los Echavarría. Gracias a su destreza en todo lo que le ponían a hacer, don Carlos Echavarría se lo llevó a trabajar a su empresa. “Tenía 13 años pero como era acuerpado parecía mayor. Me fui a trabajar con él, entre arquitectos e ingenieros donde aprendí mucho”, recuerda con una gratitud eterna.

Trabajaba y estudiaba. Cada minuto era valioso y devoraba todos los textos que llegaban a sus manos. Entró al Instituto de Bellas Artes pero solo aguantó un año: “Me limitaban en lo que hacía y además me decían que lo que yo hacía no era arte”.

La U. de A. también lo vio pasar. Como asistente, estudió allí anatomía, artes, escultura y pintura. “Los títulos no me importaban. Lo que quería era aprender las técnicas”.

Y vaya si lo logró. Hace 22 años reside en Nueva York donde es considerado, dice, uno de los cinco artistas expertos en restauración de bienes muebles e inmuebles: pinturas, esculturas y monumentos públicos.

En 2006 fue nombrado Artista del Año en Nueva York. Y es allí donde fue elegido, hace dos años, para restaurar la antigua iglesia de San Anselmo, en el Bronx. Esta iglesia, patrimonio de la Gran Manzana, tiene 120 años y es considerada una joya arquitectónica.

“Es la única que combina el estilo mezquita con la arquitectura otomana en estilo bizantino. En ella sobresalen murales y frescos de la Escuela Montecassino”, detalla Darío Cano. Un artista devoto y feliz, que hoy tiene el reconocimiento del New York Landmark Conservancy.

Liliana Vélez de Restrepo
El Colombiano

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Rubén Darío Cano Arredondo

Ver video “Darío Cano,
restaurador de arte religioso”