Presentación

Ciudades sin miedo

Reducción de homicidios sin atajos

—7 de junio de 2022—

Portada del libro «Ciudades sin miedo» de Casa de las Estrategias

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Ver grabación del evento:

YouTube.com/CasaMuseoOtraparte

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Casa de las Estrategias es un centro de estudios que desde 2011 investiga asuntos relacionados con violencia, justicia, deserción escolar, la representación de lo joven en las ciudades y la incidencia del arte en los movimientos sociales. Su sede principal, «Casa Morada», está ubicada en la Comuna 13 de Medellín, y tiene una segunda sede en el barrio Motilones de Cúcuta. La Fundación se ha consolidado como un centro de estudios versátil, capaz de enfrentarse a problemáticas sociales y a la comprensión de fenómenos culturales. Gracias a su labor, que se ha expandido por medio de intercambios a Río de Janeiro y San Salvador, el proyecto fortalece redes, genera espacios de oportunidades y vínculos como alternativas, incide en la toma de decisiones, genera opinión, viabiliza carreras artísticas, conecta personas y grupos para el intercambio, la donación y la cooperación.

Conversan Camila Uribe Villa, directora de la Fundación Casa de las Estrategias, Jheny Fernanda Duque, líder de los colectivos Morada y La Mirla Soñada, Alfonso Buitrago Londoño, editor digital de El Colombiano, y Juan Carlos Mosquera, ilustrador del colectivo OMNIA.

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En muchas ciudades colombianas, y en Medellín en particular, muchos residentes han vivido, y viven atemorizados. Esto es sentido por todos los habitantes de la ciudad. El homicidio es particularmente alto entre jóvenes de los barrios marginales que tienen bajos ingresos, falta de propósitos de vida y que se sienten excluidos de la sociedad. Estos jóvenes también han sido temidos por el resto de la sociedad, lo que ha hecho que políticas de mano dura, que frecuentemente violan derechos humanos fundamentales, hayan tenido amplio apoyo.

Los problemas de violencia y de drogas asociados a los jóvenes son complejos y las soluciones simples punitivas no son efectivas, especialmente cuando se aplican a grupos sociales que se sienten excluidos y sin futuro. Los fenómenos complejos no tienen causas directas sino conjuntos de factores que contribuyen a que dichos fenómenos surjan en una sociedad.

El libro Ciudades sin miedo reconoce la necesidad de modificar comportamientos, para lo cual es necesario entender los actuales. Así, sus autores han utilizado entrevistas, grupos focales y otras técnicas que permiten comprender los sistemas de toma de decisiones de los jóvenes víctimas y ejecutores de homicidios y de los actores del Estado, especialmente la Policía, involucrados en estos fenómenos.

Como sucede con los problemas complejos, el libro resalta la necesidad de involucrar a todos los actores y de promover la empatía mutua, es decir, el reconocimiento de la humanidad común de los actores.

Para que las políticas logren cambiar comportamientos en una sociedad libre es necesario que todos los afectados se apropien de la política, que esta surja de un consenso entre ciudadanos, no que sea impuesta verticalmente desde un centro de poder. Este valioso libro da luces importantes para avanzar hacia esa meta.

Francisco E. Thoumi

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Ilustraciones del libro «Ciudades sin miedo» de Casa de las Estrategias

Ilustraciones © Omnia
(Camilo Rico / Juan Carlos Mosquera)

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Ciudades sin miedo

~ Introducción ~

Hablar del homicidio no es fácil, se confunde con una exageración que está domesticada en todo tipo de relatos, anestesiada por el entretenimiento. No se quiere leer más sobre muertes, cada quien se queda sin palabras y sin embargo necesitamos del intento cultural, estético, intelectual, colectivo, institucional y solidario para protegernos, para comprender y resolver los conflictos sin que nadie sobre, venciendo entre todos el impulso de dañar a los demás. Es muy común que haya alguien de quien queramos vengarnos y siempre va a haber alguien que se quiera fuera de nuestro camino. Por eso el fondo de cualquier programa y política pública que intente directa o indirectamente la reducción de homicidios (y feminicidios) tendrá que abordar el porqué de las justificaciones para validar los asesinatos. Se quedan cortas la etnografía y las ciencias sociales para hablar del apego, de la insoportable ausencia de la amiga, de la hija, del padre, del hermano y un intenso dolor busca que sigan vivos con un egoísmo que disfrazamos moralmente y que nos lleva a seguir la cadena del crimen. ¿Cómo empezar un diálogo que escape de los lugares comunes y ahonde en lo que en verdad nos mueve y conmueve? ¿Una manera de recuperar la armonía fuera de todo espectáculo? Basta con presenciar a una madre enterrando a su hijo, totalmente sola, después de hacer una fila angustiante, un conmutador y una sala de espera para reconocer el cadáver de su amor. Y algo nos propone una convivencia donde ya nada justifique el homicidio.

Este libro busca generar una política pública de seguridad que reduzca los homicidios de la manera correcta, disminuyendo así el miedo de todos y todas. Está dirigido principalmente a tomadores de decisiones en los gobiernos locales (alcaldes), pero existe la intención de que sea leído y sea de utilidad para veedurías y ciudadanos que quieran participar del debate público y tomar una decisión programática sobre su voto. Aquí se sostiene la tesis de que un gobierno que pase a la historia debe ser el que se vuelva un instrumento de movimientos sociales, y sepa leer la sociedad imaginada que se adelanta en el arte, aplicando las metodologías de la ciencia y la academia para facilitar los cambios culturales.

Aquí se presenta el caso de Medellín de forma crítica, como una apuesta a extrapolar a varios contextos de Latinoamérica, incluyendo ciudades (1) de dos mil habitantes o de decenas de millones. Se analiza la base de datos de homicidio y las noticias sobre homicidios; se presentan los resultados de entrevistas a expandilleros, postpenados y desmovilizados, de una observación etnográfica de expendios de droga, de la reconstrucción de la historia de vida de víctimas de homicidio entrevistando a parejas, mamás, hermanos, amigos y amigas, de grupos focales con la Policía en todas las estaciones de Medellín y de una encuesta a estudiantes de colegios públicos y de grupos focales de tres tipos en todas las comunas y corregimientos de Medellín con adolescentes de periferia —sólo con mujeres adolescentes, enfocados en colegios y con adolescentes vinculados a procesos culturales—.

En el primer capítulo se presentan los análisis estadísticos y geoespaciales de la base de datos de homicidios, permitiendo discutir la política pública de seguridad en la protección de distintos públicos, pero también aproximándonos a una geoestrategia y a las posibilidades y los mitos sobre el fortalecimiento de la operatividad y la justicia.

En el segundo capítulo se revisa una construcción histórica del joven y del joven de periferia, así como unos hábitos de pensamiento adultocéntrico y los estereotipos que influyen en el tipo de intervención y el tipo de política pública. Sin embargo, desde este capítulo también se muestra un conocimiento acumulado que discute y trata de diluir sesgos, aprovechando la voz de los adolescentes sobre las estrategias frente al homicidio, y su percepción y experiencia sobre la Policía, dándoles un lugar como urbanistas para que cuenten lo que es importante de las relaciones, prácticas y lugares.

En el tercer capítulo se reconstruye la vida de jóvenes asesinados y a través de sus seres queridos se comprende lo que sabían de sus amenazas, de un riesgo o del homicidio como un destino. Aquí se pueden reconstruir momentos, factores y móviles del homicidio, pero también responsabilidades de la institucionalidad y de la sociedad.

En el cuarto capítulo se describe y analiza una pandilla en Medellín y el homicida, profundizando en la función o intermediación de la socialización de la pandilla, el ingreso, el momento en el que ya no hay vuelta atrás, la lectura del pandillero de una jerarquía o de actores externos y las emociones y sentimientos del homicida, cómo podría funcionar la resocialización y cuándo y de qué se cansan los jóvenes en un grupo criminal.

En el quinto capítulo se registra en detalle el discurso de la Policía y se profundiza en las posibilidades y nociones sobre cómo evitar los homicidios y poner a salvo a las víctimas potenciales. Esto lleva a una discusión sobre el enfoque de la Policía en golpes a la delincuencia y en capturas, y las imposibilidades y ausencia de una Policía para el cuidado.

En ese mismo quinto capítulo se discute una política pública que les arrebate a las mafias la posibilidad de definir quién muere, que recupere espacios para la socialización y las libertades y que sea sostenible culturalmente. En el sexto y último capítulo se trabaja el papel de los medios de comunicación y el análisis sobre la naturalización del homicidio y las lógicas o explicaciones fáciles que hemos construido sobre este, y las posibilidades de romper esto para incrementar los costos culturales y morales del homicidio.

Nota:

(1) Entendemos ciudad como el lugar donde vive por lo menos un ciudadano.

Fuente:

Uribe, Camila; Jaramillo, Lukas (compiladores). Ciudades sin miedo: reducción de homicidios sin atajos. Casa de las Estrategias / Sílaba Editores, Medellín, 2022, pp. 15-19.

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Miguel Ángel Marín Arango - Ilustración del libro «Ciudades sin miedo» de Casa de las Estrategias

En memoria de
Miguel Ángel Marín Arango

Nos dejó escritas cosas en un lenguaje que
no sabremos, pero ensayarlo es la vida misma.