Conferencia

Caminos
prehispánicos en
el
Valle del Aburrá

Mayo 12 de 2012

Caminos prehispánicos en el Valle del Aburrá - Fotografía por Tatiana González L.

Fotografía por
Tatiana González L.

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Juan Fernando Osorno Restrepo es geólogo de la Universidad Nacional de Medellín, antropólogo de la Universidad de Antioquia y técnico en construcción de vivienda del SENA. Ha trabajado en diversos proyectos con el Museo Miguel Ángel Builes, el último de ellos como asesor en el montaje de la sala de exhibición La Amazonía. También asesora al Museo de Antioquia en sus temas antropológicos. Ha sido partícipe del diseño del Plan de Ordenamiento Territorial de varios municipios del nordeste, entre ellos Amalfi y Yolombó. Ha realizado excavaciones arqueológicas en Supía (Caldas) y en la ciudad de Cartagena. Tiene amplia experiencia en el acopio de información e interpretación de datos antropológicos, arqueológicos y ambientales.

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Invita:

Fundación Agua Amiga

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Fundación Agua Amiga es una organización sin ánimo de lucro dedicada a la realización de proyectos educativos para la sensibilización ambiental y el cambio de pensamiento sobre el consumo acelerado que se está viviendo en el mundo. Nuestra herramienta más importante es la educación, promovida por medio de talleres, campañas, conferencias y proyectos, entre otros.

Somos un grupo de ciudadanos comprometidos con el medio ambiente, seres formados en disciplinas diferentes pero que en conjunto logramos formar un movimiento de conciencia ambiental. Las puertas están abiertas para todos aquellos que quieran ser parte de esta labor por el planeta Tierra. Nuestro eslogan es: “Proteger el agua, compromiso de todos”.

Aguamiga.org

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Juan Fernando Osorno Restrepo

Juan Fernando Osorno Restrepo

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Caminos prehispánicos
en el Valle del Aburrá

Cultura, naturaleza y patrimonio

Por Juan Fernando Osorno Restrepo

Introducción

En el desarrollo de las sociedades del pasado y del presente encontramos que los caminos no sólo desempeñan un papel económico, político, tecnológico y estratégico importante, sino que también poseen funciones culturales, sociales, simbólicas y cosmológicas cuando conectan espacios geográficos, lugares y personas.

Hitos de referencia histórica y paisajística

Los caminos constituyen líneas de desplazamiento étnico, que con el transcurrir del tiempo se convierten en ejes estructurales de pervivencia cultural y geográfica.

Mineros, comerciantes y labradores

En 1961, el tratado de la Alianza para el Progreso instaurado por el presidente de Estados Unidos John Fitzgerald Kennedy pretendía unificar la producción latinoamericana a través de tres polos de desarrollo: Monterrey en México, Medellín en Colombia y Sao Paulo en Brasil.

Estas tres ricas ciudades habían gestado el capital que permitió desarrollar sus países de origen a comienzos del siglo XX. Monterrey con la minería de la plata, Medellín con la minería del oro y Sao Paulo con diversos recursos naturales. Al referirse al caso de Antioquia, concluye Ann Twinam, doctora en historia, que la idiosincrasia paisa de trabajadores empecinados se debía a la acumulación de grandes capitales, producto de la minería del oro.

Actualmente, los datos procedentes de los estudios arqueológicos y etnográficos permiten aclarar el proceso histórico de ocupación de nuestro territorio y los nexos con una población indígena, que en los últimos dos mil años se dedicaron a la explotación minera de sal, oro, el intercambio de mano en mano a través de redes de caminos, rutas fluviales y la agricultura intensiva.

De acuerdo con la cronología comparada entre el 70 a.C. y el 250 d.C., se desarrolla en el Valle del Aburrá una tecnología lítica especializada en la construcción de caminos pedestres y senderos coluviales que fue constatada en el análisis de los sistemas constructivos y morfofuncionales de los caminos de Piedras Blancas, Boquerón, Altavista y Niquía. Estos continúan conectados a la red vial del Área Metropolitana.

Explotación indígena del oro de aluvión

En el Macizo Central de Antioquia las vías prehispánicas comunican con los cuatro puntos cardinales: al Oeste con los ríos Cauca y Atrato, la costa Pacífica, Urabá y Panamá; al Sur con el Valle del Cauca, Nariño, Ecuador y Perú; al Este el río Magdalena, el Altiplano de Cundinamarca, Boyacá y los Llanos Orientales; al Norte con la cuenca Momposina, la costa Atlántica y Venezuela.

Antecedentes

Describen las crónicas en 1535, al entrar los españoles en el territorio nacional, cómo nuestros indígenas vivían en grandes poblados con calles establecidas en circuitos urbanos, casas hechas en bareque, techos de paja y templos centrales. Algunas de estas poblaciones estaban conectadas por caminos hechos en piedra y senderos, como los describen Cieza de León y Sardella para Antioquia, Fray Pedro Simón y Juan de Castellanos en Cundinamarca y Boyacá.

A partir de la década del ochenta, las excavaciones arqueológicas realizadas en el departamento de Antioquia en sitios geográficos asociados con fuentes salinas y oro de aluvión permiten confirmar la existencia de pequeños núcleos poblacionales o centros prehispánicos dedicados a la explotación minera intensiva.

En el Valle del Aburrá y el Macizo Central de Antioquia estos grupos se encuentran asociados con los portadores de la tradición alfarera marrón inciso y orfebre Quimbaya clásico al final del período temprano (70 a.C. – 250 d.C.). Esta tradición cultural cuenta con registros que van desde el 1500 a.C. (temprano) hasta el 1500 d.C. (tardío) para el valle geográfico del río Cauca.

La presencia en algunos contextos arqueológicos andinos con evidencia de infraestructura lítica, producto de la arquitectura monumental prehispánica nacional, permitió la confirmación de edificaciones y redes de caminos en los sectores de Boquerón, Piedras Blancas, Niquía y Altavista.

Siguiendo los parámetros establecidos por la arqueología espacial y conforme a las prioridades que reciben aquellas áreas arqueológicas que por su monumentalidad han constituido centros permanentes de investigación en Perú y Centro América, el estudio permitió hacer comparaciones y asociaciones con otros caminos de origen prehispánico e inferencias cronológicas, estableciendo una relación geográfica y cultural de la red vial prehispánica en el Occidente de Colombia. Se concluye:

  • Los caminos prehispánicos construidos con lajas de piedra obedecen a la aplicación de patrones constructivos, morfofuncionales y de cantería que están inmersos en un sistema de técnicas apropiadas mediante la implementación de rampas, escalas, acequias y muros de contención, que permiten su adaptación a la topografía, facilitando el tránsito de estas vías sin esfuerzo.
  • En el desarrollo vial de caminos fue necesaria la interacción cultural, el conocimiento geográfico de su territorio, la topografía, la geología, el manejo de una ingeniería incipiente en la adecuación de los suelos y el control de aguas de escorrentía, el uso de herramientas y trabajadores con experiencia.
  • Se reconoce en la formación económica y social de los antiguos habitantes del Valle del Aburrá que la construcción de caminos obedecía a una especialización del trabajo y control político ejercido a través de estos medios de producción, los cuales contribuían a encauzar la actividad productiva de sal y oro por medio de la comunicación y la interacción cultural, siendo las vías prehispánicas un exponente que permite comprender el nivel de desarrollo alcanzado por las fuerzas productivas de esta sociedad jerárquico cacical a comienzos de nuestra era (Osorno, 2004).

Fuente:

Comunicación personal.