Conferencia

La astronomía
en el arte

—Agosto 3 de 2019—

«El astrónomo» (fragmento) de Johannes Vermeer (1632–1675)

«El astrónomo» (fragmento)
de Johannes Vermeer (1632–1675)

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Juan David Ramírez López es ingeniero civil del Politécnico Colombiano Jaime Isaza Cadavid con estudios en Ciencias de la Tierra y el Espacio, entre otros. Es miembro de la Organización Scalibur para el Estudio de la Astronomía y la Divulgación Científica de la Unión Astronómica Internacional y miembro correspondiente para Colombia del Instituto de Astrofísica de Canarias y su programa «Odisea en el espacio-tiempo». Así mismo, pertenece al Club Orión de Astronomía (Medellín) y AstroInNovaSur (Envigado), núcleo de ciencias aeroespaciales, entre otras agrupaciones de carácter científico. Ha sido asesor externo del Planetario de Medellín y actualmente forma parte del proyecto Observatorio de Alta Montaña del Aburrá Sur.

Unión Astronómica Internacional

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Juan David Ramírez López

Juan David Ramírez López

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Desde hace miles de años los seres humanos hemos mirado hacia las estrellas por razones muy diversas. Allí hemos ubicado el hogar de los dioses y hemos plasmado nuestros mitos. En ellas hemos buscado señales de augurios sobre lo que va a acontecer y hemos encontrado un método para orientarnos en los viajes. Fenómenos astronómicos como el día, la noche y las estaciones han marcado nuestra forma de vida. La inagotable ansia de conocimiento nos ha llevado siempre a querer descifrar los misterios del universo. Por todo ello la astronomía ha sido parte intrínseca de todas las culturas. Esto ha quedado patente en las expresiones artísticas más diversas de diferentes épocas y lugares. Como veremos en esta conferencia, la forma en la que nuestra concepción del cosmos, el lugar que ocupamos en él y los fenómenos astronómicos han sido plasmados en el arte es a menudo un fiel reflejo de las creencias religiosas, la cultura, la política y las costumbres de las diversas sociedades.

Comparto las reflexiones de Silvia Smith (Cielosur.com): «Conjugar el arte y la astronomía es un sueño que casi todos los que nos dedicamos a esto acariciamos. Es imposible no pensar en “la música de las esferas” o en el maravilloso y fascinante mundo de las artes plásticas; así vienen a nuestra mente figuras extraordinarias en la historia del arte como Vincent Van Gogh. De él recordamos especialmente las pinturas “Noche estrellada” o “Terraza del café de la Place du Forum en Arlés por la noche”. Pero vayamos más allá, hacia el fondo de la historia: los primeros vestigios del hombre y su inteligencia para expresarse, las pinturas rupestres, los petroglifos, verdaderas obras de arte desde que el hombre aprendió a caminar sobre sus extremidades inferiores y a utilizar sus manos. Plasmó no sólo aquello que tenía que ver con su vida cotidiana, sino la percepción de un mundo casi mágico que lo rodeaba, estrellas, cometas, meteoros, todo aquello que veía lo representaba. Cuando tuve oportunidad de visitar la cueva de Altamira, leí allí una frase del extraordinario Picasso, en la que expresó de forma concreta su profundo sentimiento ante semejante obra: “Después de Altamira, todo es decadencia”. El impacto recibido ante tan impresionante obra era evidente y comprensible. En muchas oportunidades se ha teorizado sobre la posibilidad de un zodiaco representado en esta extraordinaria obra, que deja mudo al observador. […] Muchos fueron los artistas que plasmaron el cielo y sus eventos a través de la historia conocida de las artes plásticas hasta nuestros días. Sin embargo, extrañamente, cuando hablamos de astronomía, parece que el camino que nos lleva es sólo el de la teoría y la observación analítica de los cielos. La literatura también ha producido innumerables textos que evocan el cielo a través de la poesía, la filosofía y todas las ramas que involucran a las letras».

Juan David Ramírez L.