Presentación

Alfabeto del mundo

Colección de poesía

—25 de agosto de 2022—

Cuatro títulos de la colección de poesía «Alfabeto del mundo»

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Ver grabación del evento:

YouTube.com/CasaMuseoOtraparte

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El catálogo digital de literatura hispanoamericana Alfabeto del mundo, impulsado por las editoriales Ediciones de la Línea Imaginaria de Quito, Ecuador, y el Centro Editorial La Castalia de Mérida, Venezuela, continúa su segundo año en la red con cuatro nuevos libros digitales de poesía, que se pueden descargar libremente en las páginas web de ambas editoriales.

Alfabeto del mundo cuenta actualmente con cuarenta y una voces relevantes de la poesía contemporánea. Paisajes emocionales, distintas poéticas y temperaturas, lenguajes y relieves, imágenes y silencios, músicas y pensamientos, fotografías y mundos son parte de las texturas y andamiajes de este proyecto que suma más de sesenta y cinco mil descargas de lectores de todo el mundo.

Los cuatro escritores que se suman a la familia Alfabeto del mundo son Carlos Cortés de Costa Rica con su libro «Quien dice que la ausencia causa olvido», antología de gran parte de su obra poética; Claudia Masin de Argentina con su libro «La vista», que fue reconocido hace algunos años con el prestigioso Premio Casa de América de Poesía Americana; Enrique Sánchez Hernani de Perú con una selecta antología preparada y prologada por la escritora ecuatoriana Aleyda Quevedo Rojas, bajo el título «Plegarias del animal lírico»; y Kevin Cuadrado de Ecuador con su libro «La identidad de los fusiles», un trabajo inédito de variadas resonancias y sensibilidades.

Las poetas Lucía Estrada de Colombia y Aleyda Quevedo de Ecuador, junto al escritor y editor José Gregorio Vásquez, conducirán la noche de diálogo y lectura de poemas de los autores publicados.

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Logo Editorial La Castalia

Logo Editorial Línea Imaginaria

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En vano me demoro deletreando
el alfabeto del mundo.
Leo en las piedras un oscuro sollozo,
ecos ahogados en torres y edificios,
indago la tierra por el tacto
llena de ríos, paisajes y colores,
pero al copiarlos siempre me equivoco.

Eugenio Montejo

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Hemos curado un catálogo de títulos y autores de diversos países de Iberoamérica. Es un alfabeto de poesía que queremos compartir de la mejor manera: apostamos por un trabajo editorial a la altura de las exigencias que reúnen un libro impreso. Su estética y su cuidado es muestra de nuestro mayor fervor por la tarea editorial. En este alfabeto hemos buscado lo más selecto, profundo y significativo de la poesía contemporánea en lengua castellana y hemos acompañado a cada libro con el trabajo delicado de un grupo maravilloso de fotógrafos que exponen sus fotografías en cada una de nuestras portadas, permitiéndonos así un diálogo verdaderamente formidable.

José Gregorio Vásquez

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Fotos de cuatro poetas de la colección literaria «Alfabeto del mundo»

«Cuatro voces, cuatro mundos».

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Cuatro poemas de
Alfabeto del mundo

Petersburgo / Granada

~ Carlos Cortés ~

En la estación de Petersburgo la niña descubre a Lev Nikoláievich en la inmensidad y lo arrastra hasta su hermano menor. El joven se inclina ante él y le besa la mano. El escritor se sorprende de su tamaño diminuto y sonríe. La muchedumbre cobra vida y lo reconoce. Lo rodean y agitan sombreros y pañuelos blancos en su nombre. El viejo de barba blanca y ojos puros sube al vagón. Las 7 de la tarde. Es hora de partir. Tolstoi, gritan, adiós, hasta pronto. Es el espíritu de Rusia que ha cruzado entre ellos. A las 10 de la mañana, 116 años después, el poeta dibuja su firma en la mirada perpleja de los niños. Es cuaresma en el mundo. Bajo el cielo de suave cobalto de Granada una creciente multitud enmudece. Cámaras y teléfonos celulares relampaguean. Reconozco la boina negra en el bullicio sin palabras. Las banderas yacen sucias en el polvo ingrato de la revolución. No importa. Mientras haya un justo no perderé la fe en el ser humano. El poeta, profeta de tiempos mejores, atraviesa la plaza como si atravesara la historia. La frágil silueta detiene el cielo para que no caiga sobre nosotros. El sol, omnipresente, existe para iluminar este momento.

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Soplo al corazón

~ Claudia Masin ~

Hay enfermedades extrañas que hacen que el corazón no tenga sosiego. De repente, los latidos se aceleran sin explicación y se detienen. Una piedra hueca cayendo a toda velocidad en el pozo de un aljibe. Es en ese momento cuando una voz evita la caída y el corazón retrocede, asustado de su propio vértigo. Creo que enfermé porque la enfermedad es una pasión como otras, y yo quería vivir una pasión. Despertar sobresaltado en el medio de la noche y llamarte. Un adolescente frágil, una heroína de novela romántica. Quejarme discretamente, pero con la intensidad necesaria, para que escucharas. Hubiera permanecido en la cama años y años, oyéndote contar las historias de tu vida, no sentía dolor sino una rara sensación de calma. Yo era un rey y el tiempo una ficción que otros, allá afuera, tramaban, para derrocarme. Que ibas a llevarme, me decías, a ver el mar, aguas termales, enfermeras sonrientes y una playa. Había aprendido a vivir para tu mirada, cada movimiento era un dibujo perfecto destinado a deslumbrarte. No quería otras miradas sobre mí, no hubiera sabido qué mostrarles. Mi corazón era un rehén entre los dos, una moneda de cambio. Una mañana desperté y la salud había ganado la partida. Tuve miedo, nada me quedaba para darte ahora que la muerte estaba lejos. Sólo mi cuerpo, el marco de una ventana destinada a mostrarte todos los paisajes que a tu capricho eligieras, para que te distrajeras mirándolos a ellos y a mí me olvidaras.

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Spleen

~ Enrique Sánchez Hernani ~

Desde la torre de mi casa
el poniente aún no cede sus límites exactos
a los suplicantes vecinos
que con terror indagan por el fin de la Vía Láctea.
Se limita a caer sobre el vigilante de la cuadra
que incoloro pasa por la calle
agitando con pereza su uniforme demacrado
vestuario de un filme de bajo presupuesto
socavado por el rencor
y otros minúsculos ultrajes.
En la radio nuestro equipo de fútbol
aún va cero a cero
y todavía no llego al último capítulo del libro
que he empezado a leer esta semana.
Una bruma dorada todo lo envuelve
cuando se echa a morir la tarde
en tanto las aves se vuelven mudas
y por la pista transita veloz un auto sin placas
y con los cristales oscuros.

Los carteros solo dejan en mi puerta letras vencidas
papeles con inútiles y vistosas propagandas
seguros de vida correspondencia equivocada
ofertas para inscribirse en esos modernos
cementerios muy parecidos al Central Park de NY
solo que colmados de vecinos inmóviles.
Son esos pájaros agoreros que rondan a la espera
que mi cabeza caiga
o que mi corazón por error se detenga.
No pienso abrirle a nadie más
sobre todo ahora
cuando otra vez llaman a la puerta.

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Una plaza

~ Kevin Cuadrado ~

El mundo ya no es divertido. No hay
más que parásitos, guerra, barro y piojos,
niños sorbiendo de los pozos sépticos
y hombres que esconden las lágrimas
en un poco de lluvia. Las mujeres salen
a las calles, esperan comida
mientras huyen de las balas.
Los monumentos recrean la memoria
(una época detenida donde huir
antes de que un estallido nos despierte).
Una plaza es un campo de tiro,
la última cama donde el sueño
se prolonga de por vida.