Presentación

Cuando escribo
sobre el muro

—7 de octubre de 2021—

Portada del libro «Cuando escribo sobre el muro» de Paula Andrea Pérez Reyes

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Ver grabación del evento:

YouTube.com/CasaMuseoOtraparte

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Paula Andrea Pérez Reyes (Medellín, 1983) es abogada, filósofa y poeta, magíster en Filosofía y candidata a doctora en Filosofía de la Universidad Pontificia Bolivariana. Docente investigadora del Grupo GITS, adscrito a la Escuela de Ciencias Sociales de la Universidad Pontificia Bolivariana, y de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de Antioquia. Desde 2017 dirige el Semillero de Transformación de Conflictos y el curso Marc 6: Literatura y Conflicto (Universidad de Antioquia). Es defensora de derechos humanos con énfasis en el reconocimiento de los derechos de víctimas y personas con discapacidad. Ha participado como presentadora, conferencista y poeta en eventos nacionales e internacionales. Entre las publicaciones de poesía, artículos, columnas de opinión y capítulos de libro se destaca su participación en la antología «Poemas del barrio a la ciudad» (Tragaluz Editores / Comfenalco Antioquia), selección de poemas para la revista «Ablucionistas», «Poesía por Colombia» (Editorial La Otra, México), «Cuadernos de educación y alteridad, el deseo en la creación poética» y selección de poemas para la revista «Kametsa». Su segunda obra, próxima a publicarse, fue reconocida por la Editorial Fallidos Editores como el mejor libro de poesía en 2021.

Presentación de la autora y su obra
por el poeta Pedro Arturo Estrada.

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Logo El Quirófano Ediciones

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Cuando escribo sobre el muro de la poeta colombiana Paula Andrea Pérez Reyes es un poemario lleno de luces y sombras. Un libro que se abre como oídos, como ojos, como relámpagos, y nos enciende la mirada. La poeta se escabulle por las voces más íntimas y más dolorosas del territorio colombiano para que las escuchemos. Voces importantes, necesarias, y sobre todo llenas de una gran carga de sentimientos y pesares. La poeta se transforma en todas las voces y nos entrega una sinfonía maravillosa, triste, inolvidable. Sin duda, un libro para leer de rodillas y con los ojos al cielo.

Augusto Rodríguez

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Paula Andrea Pérez Reyes

Paula Andrea Pérez Reyes

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Tres poemas de
Paula Andrea Pérez

Plegaria sin nombre,
un punto de fuga

Rezo por todas las voces, presto mi boca para que ellas hablen.
Hago una plegaria por Juan Preciado que tiene la boca llena de tierra
una plegaria por los que, con Él, van directo a la fosa del olvido
Para aquellos que no están presentes…
son cenizas, son menos que polvo
no son nada sobre la fría mesa metálica.
Miles y millones de partículas que caen en la tierra y las arrastra el viento
rostros que no se les dio el permiso de envejecer
ojos que no se les concedió más la luz del día
son sumados a la lista por encontrar
son contados como un muerto más
y un vivo menos.
Son seres que caminan errantes por el mundo
la Madre Tierra los reclama
el río los vomita.
Otros gimen cada día esperando que encuentren el camino a casa:
A su primera morada
al polvo de la tierra de donde salió Adán y a donde volvemos todos.
A ustedes:
porque una palabra dibuja su rostro borrado.

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Plegaria por la
carta de la niña

A la niña de la carta que la violencia
le arrebató las piedritas del río,
a la niña que merece más que esto.

Escucho el grito de la sangre
el llanto de la madre
y el eco de su espectro.

Silencio.
Una madre está llorando.

La veladora de la abuela todavía alumbra
y yo debería salir a abrazarte, pero solo me habita el silencio.
Leo una palabra tras otra de tu carta y solo me habita el silencio.
Instante en el que todo se detiene, no es por los que partieron
el tiempo se detuvo por los que se quedan.

Silencio.

Al tendido de cama le quedaron huecos
y sale la abuela con la aguja a remendar la herida que supura un recuerdo.
El dedo en la llaga y el retazo queda lento.

Había una vez que corre en la sala y el silencio no me abandona
es verdad niña bonita
tú mereces más que esto.
Tus palabras son las pepitas del rosario que cuelga del cuello del santo
que dice: ruega por nosotros, ruega por nosotros… ruega…
y solo se escucha el silencio, era un último disparo.

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Plegaria por los gritos
de Susana San Juan

Llegó el día en que se dieron
cuenta que ella no era muda.

Al cielo subieron algunas notas agudas en medio del silencio apabullante.

Si se abre la caja se escucharía aquel estruendo y se descubriría todo. Esa es la magia de la plegaria, que se revele lo ignorado y que todo el mundo se entere. Que salgan ellos y se encuentren con las voces de los testigos, y que el pueblo entero traduzca los gemidos de un tormento que se narra en presente continuo.

Ella me pidió que no contara, a ella la llamo Susana San Juan

rezo por la niña que guarda sus lágrimas en los bolsillos de un padre que nunca regresó.

Esta es mi promesa Susana, un día te prometí hacer una plegaria por ti.

Para ti Susana San Juan, tu maldición eran tus labios hechos flor de cerezo, un día pasó la bestia y arrancó la flor. Las hojas pasaron y se las llevó el viento. Así, como cuando este quiere castigar al cuento, le arrancas las hojas y cuenta su versión.

La bestia vino por mí, unas hojas antes, era un torbellino, pero cavé un pozo y pude escapar, por eso hoy te presto mi boca Susana, la tuya ha sido cerrada para siempre.

Rezo por ti Susana San Juan, en un mundo como este, tu belleza en flor es el peor pecado.

Los años pasaron

nuevamente abro la boca exclamando y solo había polvo, ella nunca perdió su belleza, hoy el campo está cubierto de margaritas.