Presentación

Debates y paradigmas
de las políticas de
drogas en el mundo
y los desafíos para
Colombia

Junio 6 de 2015

“Debates y paradigmas de las políticas de drogas en el mundo y los desafíos para Colombia” de Francisco Thoumi

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Francisco E. Thoumi es economista de la Universidad de Los Andes (Bogotá, 1964) y Ph.D. en Economía de la Universidad de Minnesota (1973). Es miembro de número de la Academia Colombiana de Ciencias Económicas y de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes. Durante más de 25 años ha estudiado la problemática de las drogas ilegales en el mundo. Ha sido coordinador de investigaciones del Programa Global Contra el Lavado de Dinero de la Oficina de Fiscalización de Drogas y Prevención del Crimen de las Naciones Unidas y del Informe Mundial sobre las Drogas (2000); coordinador regional del Programa de Investigación sobre las Repercusiones Económicas de las Drogas Ilegales en los Países Andinos del PNUD (1993-1996); investigador asociado del Instituto de las Naciones Unidas para el Desarrollo Social (1991-1992) y miembro del Comité de Asesores de Paz del PNUD (2007). Ha sido profesor visitante del Instituto Lozano Long de Estudios Latinoamericanos (Universidad de Texas, Austin); profesor titular de economía y director fundador del Centro de Estudios y Observatorio de Drogas y Delito (Universidad del Rosario, Bogotá); miembro del Woodrow Wilson International Center for Scholars (Washington, D.C.); profesor titular y director del Centro de Estudios Internacionales (Universidad de Los Andes, Bogotá) y profesor titular del Departamento de Economía de la California State University. Ha publicado “El imperio de la droga – Narcotráfico, economía y sociedad en Los Andes” (2002) y su versión en inglés “Illegal Drugs, Economy and Society in The Andes” (2003); “Las drogas: una guerra fallida – Visiones críticas” en coautoría con Álvaro Camacho y Andrés López (1999); “Economía política y narcotráfico” (1994) y su versión en inglés “Political Economy and Illegal Drugs in Colombia”; “El rompecabezas de las drogas ilegales en Estados Unidos – Una visión ecléctica” (con Alexandra Guáqueta, 1997); “Drogas ilícitas en Colombia: su impacto económico, político y social” (1997) y “Drugs, Crime and Armed Conflict in Colombia” (Journal of Drug Issues, 2005).

Presentación del autor
por Lukas Jaramillo

Academia Colombiana de Ciencias Económicas

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Francisco Thoumi es uno de los analistas más rigurosos del narcotráfico, su naturaleza, sus consecuencias y las mejores políticas para enfrentarlo. Este libro se transformará en una referencia obligada.

Moisés Naím

Quienes nos hemos beneficiado de la brillante trayectoria intelectual de Francisco Thoumi, hemos sido impactados una vez más con la fuerza de su fresca y siempre vital capacidad de argumentación. En esta nueva contribución, se nos ofrece un riguroso balance teórico y práctico para afrontar uno de los problemas capitales del mundo contemporáneo y hacerlo en una fina articulación que trascendiendo, sin omitir el uso de los instrumentos económicos, nos plantea una discusión honda, como el pozo del pasado: la competencia sin un horizonte filosófico lleva a la falta de cooperación y este es un obstáculo epistemológico que se debe afrontar desde la complejidad de los asuntos humanos.

Fabio Giraldo Isaza

Francisco Thoumi, tras registrar la malograda política de lucha contra las drogas psicoactivas, cuestiona el paradigma ortodoxo para enfrentar el problema, introduciendo nuevos argumentos y pruebas.

Destaco de su libro, entre otros aspectos, la importancia que les da a las emociones y a los sentimientos; a los discursos interesados, legitimadores de la formación de las opiniones que cada uno tiene sobre las políticas a seguir; a las experiencias, las acciones morales, las trampas y las rutas de escape que los regímenes nacionales e internacionales utilizan en la gestión política del control de las drogas; a las vulnerabilidades y los riesgos geopolíticos y culturales, ecológicos, económicos y de cohesión social, que tienen los Estados-nación en la lucha contra este azote, para impedir la captura del poder por los criminales; en fin, al complejo juego de intereses y de violencia que existe en la apropiación de las ganancias de este gigantesco negocio.

Concuerdo con el profesor Thoumi en su conclusión de gran valor agregado: “La única forma de eliminar la industria de drogas ilegales y el crimen organizado en su territorio es cerrando la brecha entre las normas de comportamiento formales y las informales y empezando a crear una nación moderna con solidaridad, capital social, reciprocidad y confianza…”.

Este estudio es pionero en el tratamiento del posconflicto y debe formar parte de la discusión académica y de las agendas de los gobiernos.

Édgar Revéiz

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Francisco Thoumi

Francisco Thoumi

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Invitan:

Friedrich Ebert Stiftung en Colombia - FESCOL

Casa de las Estrategias

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Debates y paradigmas de
las políticas de drogas en
el mundo y los desafíos
para Colombia

Introducción

Temas, preguntas,
desafíos y frustraciones

Por Francisco Thoumi

Hace cerca de treinta años publiqué mi primer ensayo sobre las drogas ilegales en Colombia (Thoumi, 1987) y desde entonces las drogas ilegales han sido el principal tema de mis investigaciones académicas. Este libro es un intento de consolidar algunos de los puntos que creo haber aprendido sobre los temas que me han apasionado durante todo este tiempo. El primero de estos es entender a Colombia, porque ser colombiano no ha sido ni es fácil. Después de haber crecido en el país del mejor café del mundo, aceptar que Colombia llegó a ser un país de narcos y de sicarios muy exitosos así como el mayor productor mundial de cocaína, fue una experiencia traumática. El segundo es entender la industria de drogas psicoactivas ilegales en general, pero especialmente la producción y el tráfico de coca y cocaína. El tercero es entender los procesos de formulación de las políticas públicas que han surgido en respuesta al desarrollo de la industria de drogas ilegales. Este tema está relacionado con el cuarto, que ha sido la importancia de las emociones y los sentimientos en la formación de las opiniones que cada cual tiene sobre las políticas de drogas.

Este libro es el resultado de un proceso de aprendizaje sobre estos temas y busca compartir los resultados obtenidos con quienes crean que son importantes. El libro simplemente muestra hasta donde he llegado en ese proceso. Al mismo tiempo tengo conciencia que tanto mi enfoque como los resultados obtenidos, encontrarán muchos detractores, que podrán sentirse molestos y frustrados, y que simplemente considerarán que este libro es errado, engañoso o elaborado para proteger intereses escondidos. Ojalá este grupo no sea la mayoría de los lectores. Esto lo expreso porque durante todo el tiempo que llevo investigando el tema de las drogas ilegales he encontrado que para muchos es muy difícil discutir y entender las creencias y posiciones que contradicen las suyas. Continuamente he encontrado murallas infranqueables para establecer un diálogo fructífero con quienes han tenido posiciones divergentes a la mía; muchos no la han aceptado como una posición académica que se pueda y deba debatir, sino como políticamente incorrecta y aun ofensiva. Estas experiencias fueron las que me motivaron a estudiar la importancia de las emociones y los sentimientos en la formación de las opiniones que cada cual tiene sobre las políticas de drogas, y a empezar el libro investigando la manera como la gente forma sus creencias y llega a sus verdades o saberes.

El lector encontrará que el libro reseña los discursos que se han elaborado en Colombia y el resto del mundo sobre las drogas psicoactivas y la evolución de las políticas de drogas y de los organismos encargados de implementarlas en el mundo. Sin embargo, este no es un libro sobre la historia de las drogas sino uno que pretende hacer una deconstrucción del desarrollo de la producción, tráfico y consumo de las drogas psicoactivas, así como de los procesos para la formulación de las opiniones y las políticas relacionadas con las drogas psicoactivas.

He seguido este enfoque porque considero que solo así es posible entender la naturaleza de los problemas asociados a dichos procesos. Para avanzar en el logro de esta meta, en este volumen se hacen muchas preguntas respecto a esos temas, hay cuatro sobre las cuales se concentra el análisis presentado. La primera de estas es ¿por qué Colombia concentró la industria de la coca y cocaína en el mundo? Este desarrollo tuvo en Colombia consecuencias muy graves, lo que me llevó a la segunda pregunta ¿Por qué los niveles de violencia asociados con la producción y tráfico de drogas ilegales han sido mucho más altos en Colombia que en la gran mayoría de los demás países involucrados en el narcotráfico? La motivación para escribir este libro surge de mi inconformidad con las respuestas comunes a estas preguntas. Sin embargo, del estudio de la geografía, las explicaciones y los discursos sobre las drogas psicoactivas ilegales en el mundo surgieron otras dos grandes preguntas: la primera es ¿realmente los fenómenos de drogas tienen causas en el sentido de la ciencia de manera que cuando hay una causa siempre surge un efecto? Y la segunda, ¿por qué personas que claramente son inteligentes, educadas e intelectualmente honestas, cuando se enfrentan a la misma evidencia empírica, llegan a conclusiones no solamente diferentes sino frecuentemente contradictorias, y no tienen la capacidad de reconocer la legitimidad de las posiciones de sus contradictores? A continuación reseño el largo proceso que me llevó a tratar de responder estas preguntas.

La pregunta sobre la concentración de la industria de la coca y cocaína ilegales en Colombia fue una consecuencia de mi formación como economista y de mi experiencia profesional. En 1986 yo era el jefe de la Sección de Economía Internacional en el Departamento de Estudios Económicos y Sociales del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en Washington, donde teníamos la responsabilidad de hacer seguimiento y analizar los acuerdos internacionales de integración, el comercio internacional, los flujos de fondos y la deuda externa de América Latina y el Caribe. Antes de haber trabajado en el BID, había sido jefe de la Sección de Industria del Departamento Nacional de Planeación de Colombia (DNP), negociador por Colombia en el Grupo Andino, y economista en la División de Economía Industrial del Departamento de Desarrollo Económico del Banco Mundial. Como académico había hecho una tesis doctoral sobre comercio internacional y había enseñado esa materia en la Universidad Nacional de Colombia y Desarrollo Económico en The George Washington University. Además, durante mis trabajos en el BID y el BM, había hecho estudios sobre comercio internacional e industria en varios países de América Latina y en uno africano. Todo este bagaje debía haberme permitido responder esa pregunta, pero el problema era que ningún modelo sobre industrialización y comercio del paradigma dominante en economía, de las críticas de los estudiosos de otras ciencias sociales, o desde la economía marxista, podía dar explicaciones satisfactorias.

La principal explicación que se daba en Colombia para su altísima participación en la industria de la cocaína ilegal era la gran rentabilidad del negocio. Otras eran la falta de opciones de sustento económico, el desempleo, las crisis económicas, la falta de movilidad social, la pobreza, la desigualdad del ingreso y de la riqueza, la exclusión social y política; la lucha contra el imperialismo, la oligarquía y los enemigos del país; la defensa de minorías étnicas amenazadas, y otros demonios, males y tragedias sociales. Para muchos estas razones se mezclaban y complementaban, pero como dichas razones no eran específicas de Colombia, y la mayoría eran comunes en otros países en los que era fácil cultivar coca y refinar cocaína, no explicaban la concentración en Colombia. Además, la coca y la cocaína se habían producido y exportado durante bastante tiempo en Bolivia, Perú, Indonesia, Malasia, Sri Lanka y Taiwán, lo que llevaba a otra pregunta: ¿por qué si la industria de la cocaína ilegal era extraordinariamente rentable, Colombia había tenido menos competidores en los mercados internacionales de cocaína que en los del resto de sus exportaciones menos rentables como el café, las confecciones o los textiles? O ¿por qué Bolivia y Perú, países con una larga tradición de cultivos de coca, no dominaron la industria de la cocaína?, o al comparar a Colombia con Ecuador se encontraba que ambos países producían y exportaban café, azúcar, bananos, confecciones, petróleo, y muchos otros productos menos rentables que la cocaína que Ecuador no producía ¿sería que para los empresarios ecuatorianos las enormes ganancias en el mercado de la cocaína no eran suficientemente grandes mientras que para los colombianos si lo eran?

Es claro que al estudiar la demanda de drogas surgen preguntas semejantes ¿por qué la adicción a las drogas varía tanto entre países? Por ejemplo, ¿por qué el consumo en los Estados Unidos ha sido tan alto, especialmente para los estimulantes?, ¿Por qué el consumo de muchas drogas varía sustancialmente en el tiempo?, ¿por qué el consumo de crack en muchas ciudades de los Estados Unidos fue muy alto durante los años ochenta y luego disminuyó sustancialmente?, ¿Por qué en los últimos 10 años la demanda por cocaína en ese país también se ha reducido notablemente? La demanda presenta muchas otras incógnitas como: ¿Por qué los estimulantes como la cocaína y las anfetaminas son las drogas ilegales más usadas en unos países y los narcóticos como la heroína en otros?, ¿por qué el consumo de algunas drogas parece responder a modas que pasan con el tiempo mientras el de otras drogas es más estable?, ¿por qué en Colombia durante varias décadas el consumo de cocaína fue bajo si era muy barata y de fácil acceso?

Las razones aducidas para el consumo incluyen entre otras, el placer que las drogas proporcionan, la debilidad del carácter de los consumidores, los problemas en la familia o en el trabajo, las enfermedades mentales, el deseo de socializar y de pertenecer a un grupo, el uso ceremonial, la rebelión contra estructuras y patrones sociales injustos, la búsqueda de refugio contra la exclusión social y la falta de sentido de la vida, el fácil acceso a los fármacos, la curiosidad de experimentar nuevas sensaciones, el aprecio por los placeres que dan las drogas, la tentación del demonio o de malos espíritus, el destino, el deseo de comunicarse con la divinidad o con los espíritus de los antepasados, las malas influencias de amigos y compañeros, la presión para consumir generada por las imágenes presentadas en los medios, etc.

Debo resaltar que muchos intelectuales colombianos concuerdan en que las sociedades desarrolladas modernas, como Europa Occidental y los Estados Unidos, son sociedades enfermas en las que las presiones que tiene la gente hacen que busque escapar de la realidad por medio de las drogas psicoactivas. Pero la gran mayoría no reconoce, al menos abiertamente, que Colombia también es una sociedad con una gran cantidad de problemas y conflictos no resueltos que han hecho del país un campo fértil para el desarrollo de la economía ilegal. Aunque reconozco que un cuadro completo de la realidad de las drogas psicoactivas debe incluir tanto el consumo como la producción, confieso que en este libro he seguido mi pasión por entender a Colombia y dejo el cuadro incompleto porque no creo haber estudiado de manera igualmente rigurosa a las sociedades modernas desarrolladas, en donde la demanda por drogas surgió a mediados del siglo pasado.

Fuente:

Thoumi, Francisco. Debates y paradigmas de las políticas de drogas en el mundo y los desafíos para Colombia. Publicaciones ACCE, Bogotá, 2015.