Presentación

El despertar
de las diosas

Socialización – humanización
—Noviembre 13 de 2018—

“El despertar de las diosas (Socialización - Humanización)” de Martha Lucía Correa Escobar

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Martha Lucía Correa Escobar (Medellín) es médica y cirujana de la Universidad de Antioquia, donde también incursionó en el estudio de la Psiquiatría. Durante más de veinte años estuvo vinculada a la Secretaría de Bienestar Social del Municipio de Medellín y al Instituto de Seguros Sociales. Participó activamente en la dirección de la Asociación Médica Sindical Colombiana —ASMEDAS—, y como feminista ha dedicado gran parte de su vida al estudio de la situación de la mujer en la sociedad patriarcal actual.

Presentación de la autora y
su obra por Jorge Iván Correa.

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¡Mujer! Llegó la hora de que tomes en tus manos las riendas del destino humano, porque a ti te encomendó Cleió, la musa, la gran tarea de cambiar el rumbo de la historia, participando activamente en este profundo cambio que se tiene que producir en la humanidad que tú habitas y de la cual formas parte.

¡No se te olvide! Las diosas te encargaron mantener el fuego sagrado encendido, para que la oscuridad no retorne, ni el frío de lo externo conforme al corazón.

A ti, mujer, te digo: en tu mirada debe gestarse el nuevo ser que devolverá por medio de tus genes el amor y la paz a la tierra para que se curen sus heridas y las de sus hijos e hijas.

El amor no significa ser débil. El amor te hace poderosa, inmortal (a-mor = sin-muerte). Debes saber que la ternura está reservada para los fuertes.

Aristófanes, hace casi 3.000 años, propuso que fueras tú la gobernante de la polis, porque creía en tu política ahorrativa, distributiva, antibelicista, en contraste con la política de los varones, amantes de constantes cambios y novedades, partidarios del poder, de la guerra y carentes de sentido común.

Y Proxágora agregaba ante la asamblea de mujeres hace tres milenios: “… quien por naturaleza se encarga de dar y mantener la vida, es quien realmente sabe lo que ella cuesta y por lo tanto es quien mejor la protege. Los hombres carecen de instinto maternal y no pueden dar a luz. Tal vez por eso deciden matarse tan fácilmente”.

¡Mujer! ¿Sabes? Tu fuerza física no está destinada al impulso físico y directo como el del hombre. Por eso debes proteger tu energía y potenciarla para la vida, para que engendres pensamientos sanos y seres felices.

Georgia Kaltsidou

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El despertar de las diosas

Fragmento

La interacción entre los integrantes de una colectividad y la división social del trabajo para el beneficio de todos/as, propia de las especies animales sociales y de la especie humana en su periodo primitivo, comenzó a desaparecer entre los seres humanos con el surgimiento de la propiedad privada, el patriarcado y la desintegración del clan colectivo materno.

Se impone el egoísmo dominante y desaparece el altruismo regulador.

Este proceso se da en general en forma lenta y gradual y con múltiples formas y variados procesos, visibles aun hoy, en diferente culturas, que algunos atribuyen a distintas formas de evolucionar del ser humano, pero que en últimas no son más que variaciones en la forma del paso al patriarcado, ya que el periodo materno tuvo que ser universal y haber surgido en un territorio y un grupo limitado.

Cinco mil años de dominación exclusiva del género masculino, si bien han representado desarrollo tecnológico también dejan guerras, hambre, degradación humana, muerte, dolor, drogadicción, hastío, suicidios, miseria, pérdida de valores, jerarquías despóticas, destrucción de la naturaleza, mercantilización del mundo y del ser humano; es decir, mecanización y deshumanización.

Concluimos así:

En el momento en el que el esclavo decide que ya no va a ser esclavo, sus cadenas caen al suelo. Se libera y demuestra cómo hacerlo a los demás. La libertad y la esclavitud son estados mentales”. (Mahatma Gandhi).

Que con el advenimiento progresivo del dominio masculino desde hace 5 a 7.000 años se reinicia una forma de selección egoísta, la cual se manifiesta en la forma, también egoísta, de reproducción y de producción, generándose la desocialización y deshumanización progresiva que hoy conocemos.

Que del papel fundamental que juguemos las mujeres ahora y en el futuro, depende la re-socialización y re-humanización de la especie.

Que dicho papel fundamental que han de cumplir las mujeres debe producirse en las dos áreas fundamentales de la vida de una especie:

A) En la Reproducción de la especie, es decir, en el desarrollo de una sexualidad socializada, libre y autónoma, acordada y sin sentido de propiedad, que nos permita además llegar a acuerdos con nuestros pares para una procreación igualmente libre.

Ya se ha dado, al menos en algunos grupos sociales, importantes pasos en éste sentido gracias, en primer lugar, a la independencia económica de la mujer; en segundo, al control de la natalidad que permite una mayor autonomía de la mujer sobre su cuerpo y, en tercero, gracias al divorcio que al menos auto limita el sentido de propiedad, si no en el espacio, al menos en el tiempo.

B) En la Producción de los bienes materiales verdaderamente socializada, es decir, en la que participen en el trabajo en forma universal todos los seres humanos —hombres y mujeres— “según sus capacidades”: momento al que denomino socialización.

En efecto, no es la distribución igualitaria de la riqueza, y mucho menos las dádivas o subsidios o el poder de unos cuantos “dictadores” o “proletarios” como plantea el socialismo que conocemos, es el poder social que da al ser humano el trabajo universal.

Fuente:

Correa Escobar, Martha Lucía. El despertar de las diosas (socialización – humanización). Medellín, 2018.