Ciclo de Conferencias

El mapa de los
objetos perdidos

Pan y aire

Un retorno al símbolo
como alimento

—Julio 30 de 2019—

Pintura de reparto de pan entre campesinos, «Livre du Roi Modus et de la Reine Ratio», Francia, siglo XIV (Bibliothèque nationale de France).

Reparto de pan y vino entre campesinos, Livre du Roi Modus et de la Reine Ratio, Francia, siglo xiv (Bibliothèque nationale de France).

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El pan, el alimento más simbólico de la tradición occidental, acompaña a la humanidad en su camino desde el surgimiento de las primeras civilizaciones. Siempre está presente en nuestras comidas diarias, pero las formas modernas de producción alimenticia han desplazado el saber ancestral de su preparación, olvido que trae consecuencias negativas no solamente en el aspecto nutricional sino también en el cultural. Por ello nos sentamos a la mesa para habitar dicho símbolo desde la poesía y compartir una hogaza de lo que se ha perdido.

El mapa de los objetos perdidos responde a una preocupación por el territorio hispanoamericano y las formas de construcción memorística en torno a elementos concretos de nuestra realidad. Por ejemplo, ¿qué nos contaría una victrola si le diésemos voz? ¿Hablaría bambuco, son cubano o quizá tango? Y ¿acaso estos lenguajes no contienen en sí una gran parte de lo que es Hispanoamérica? Al mirar una construcción cusqueña, cualquier paseante avisado notará que en la piedra comulgan la cultura inca y la española; el pasado y el presente unidos por el mestizaje en forma de muro. ¿Por qué no hablar entonces de las piedras y la historia de un pueblo? ¿Por qué no hablar de los ríos y la guerra, ya en nuestro contexto más cercano? Para establecer dichas relaciones empezaremos por caminar un sendero que nos es familiar y conocido: el de lo literario. El programa de Estudios Literarios debe cruzar a la otra orilla y explorar diferentes instancias con el fin de enriquecer su entramado discursivo y fortalecer la divulgación de los productos académicos, tanto del cuerpo docente como estudiantil.

Expositores:

Edward Andrés Posada Gómez es magíster y doctor en Filosofía y magíster en Teología con énfasis en «Sagrada Escritura». Sacerdote de la Arquidiócesis de Medellín, amigo de sus amigos y amante de la pizza y la música.

Alejandro Santos Gómez cursa la carrera de Estudios Literarios en la Universidad Pontificia Bolivariana con énfasis en «Teoría y Crítica». Ha participado como promotor de lectura en colaboración con el Centro Nacional de Memoria Histórica y la Alcaldía de Medellín.

Organiza:

Universidad Pontificia Bolivariana

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Oda al pan

—Pablo Neruda—

Pan,
con harina,
agua y fuego
te levantas.
Espeso y leve,
recostado y redondo,
repites
el vientre
de la madre,
equinoccial
germinación
terrestre.
Pan,
qué fácil
y qué profundo eres:
en la bandeja blanca
de la panadería
se alargan tus hileras
como utensilios, platos
papeles,
y de pronto,
la ola
de la vida,
la conjunción del germen
y del fuego,
creces, creces
de pronto
como
cintura, boca, senos,
colinas de la tierra,
vidas,
sube el calor, te inunda
la plenitud, el viento
de la fecundidad,
y entonces
se inmoviliza tu color de oro,
y cuando se preñaron
tus pequeños vientres,
la cicatriz morena
dejó su quemadura
en todo tu dorado
sistema de hemisferios.
Ahora,
intacto,
eres
acción de hombre,
milagro repetido,
voluntad de la vida.

Oh pan de cada boca,
no
te imploraremos,
los hombres
no somos
mendigos
de vagos dioses
o de ángeles oscuros:
del mar y de la tierra
haremos pan,
plantaremos de trigo
la tierra y los planetas,
el pan de cada boca,
de cada hombre,
en cada día,
llegará porque fuimos
a sembrarlo
y a hacerlo,
no para un hombre
sino para todos,
el pan, el pan
para todos los pueblos
y con él lo que tiene
forma y sabor de pan
repartiremos:
la tierra,
la belleza,
el amor,
todo eso
tiene sabor de pan,
forma de pan,
germinación de harina,
todo
nació para ser compartido,
para ser entregado,
para multiplicarse.

Por eso, pan,
si huyes
de la casa del hombre,
si te ocultan,
te niegan,
si el avaro
te prostituye,
si el rico
te acapara,
si el trigo
no busca surco y tierra,
pan,
no rezaremos,
pan,
no mendigaremos,
lucharemos por ti con otros hombres,
con todos los hambrientos,
por todos los ríos y el aire
iremos a buscarte,
toda la tierra la repartiremos
para que tú germines,
y con nosotros
avanzará la tierra:
el agua, el fuego, el hombre
lucharán con nosotros.
Iremos coronados
con espigas,
conquistando
tierra y pan para todos,
y entonces
también la vida
tendrá forma de pan,
será simple y profunda,
innumerable y pura.
Todos los seres tendrán derecho
a la tierra y la vida,
y así será el pan de mañana,
el pan de cada boca,
sagrado,
consagrado,
porque será el producto
de la más larga y dura
lucha humana.

No tiene alas
la victoria terrestre:
tiene pan en sus hombros,
y vuela valerosa
liberando la tierra
como una panadera
conducida en el viento.