Presentación

Érase una vez un poeta

—23 de marzo de 2023—

Portada del libro «Érase una vez un poeta» de Santiago Rodas

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Ver grabación del evento:

YouTube.com/CasaMuseoOtraparte

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Santiago Rodas Quintero (@laisladerodas) (Medellín, 1990) es publicista, filósofo, ilustrador y muralista. Ha publicado «Gestual» (UPB, 2014), «Trampas tropicales» (Atarraya, 2015), «Plantas de sombra» (Angosta, 2018), «Materiales inestables» (Liliputienses, España, 2021) y «Érase una vez un poeta» (Atarraya, 2022). Actualmente se desempeña como profesor universitario, editor en Atarraya y forma parte del comité editorial del periódico Universo Centro. Mantiene el blog «Poesía innecesaria».

Presentación del autor y su obra por Mario Cárdenas, licenciado en Literatura, docente, coleccionista de dados, editor y redactor de la «Revista Blast».

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Santiago Rodas sabe que la ubicuidad del misterio hace parte de la cotidianidad de los latinoamericanos. Algo que no se explica, solo sucede como suceden los pequeños milagros diarios que alimentan nuestra identidad, tan mágica como telúrica. ¿Cómo explicar al mundo que a la orilla de un río intercambiemos secretos por poemas? ¿O la familiaridad que tenemos con el diablo, las brujas y los fantasmas? ¿Dónde acaba la realidad y dónde la ficción? Érase una vez un poeta –y dos y tres y todos–: con su lenguaje cautivante, desbordado de gracia y humor, Rodas nos muestra que el poeta no es el que escribe los poemas, sino el que mira el fenómeno poético y lo vive como parte de su realidad natural, espontánea. El campesino, el vago, el estudiante, el oficinista o el lector mismo es el poeta cuando lo inaudito es su pan cotidiano y tal vez se ha inventado un lenguaje único (el de la poesía) para relacionarse con lo terrible y lo maravilloso, y contarlo como se cuentan las historias de las que estamos hechos.

Betsimar Sepúlveda

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Foto de Santiago Rodas Quintero

Santiago Rodas Quintero

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Dos poemas de
Santiago Rodas

Érase una vez un poeta
escampándose del aguacero
bajo una palma de milpesos
en las inmediaciones del río Tutunendo.
Un niño se le arrima al poeta
en las entrañas del diluvio
y le dice:
le vendo un secreto.
¿A cómo tiene el secreto?, preguntó el poeta.
Se lo cambio por un poema, dijo el niño.
A lo que el poeta respondió
con voz melodiosa:
Las oropéndolas duermen en su nido
una lágrima del árbol.
Y el niño se acercó
al oído del poeta
y le cantó el secreto que tenía.

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Érase una vez un poeta
recogiendo cargas de café en Génova
por la temporada de cosecha.
En la soledad del medio día,
cuando todo es real por un instante
e iba siendo hora de almuerzo,
a su lado, entre el cafetal vio una bruja
que con engaños se lo llevó para su casa
en el corazón palpitante de la manigua.
La bruja le preparó un caldo de costilla
y le dio un jugo de tomate de árbol
que le repuso del cansancio al poeta.
¿Cómo le puedo pagar?
Preguntó el recién almorzado
y la bruja le soltó:
con tres pichadas arreglamos.
Una hoy,
otra el jueves
y la última el domingo de ramos
.

El poeta asustado cerró los ojos
y le dijo a la bruja:
que sea lo que Dios quiera.