Conversación

Habitantes de Balandú

Los personajes en la obra
de Manuel Mejía Vallejo

—Julio 5 de 2018—

Manuel Mejía Vallejo - Foto © Guillermo Angulo

Manuel Mejía Vallejo
Foto © Guillermo Angulo

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Eliana María Urrego Arango (Medellín) es psicóloga y doctora en Literatura de la Universidad de Salamanca, donde concibió su tesis “Balandú, pueblo en vía de sueño: universo literario de Manuel Mejía Vallejo”. Desde 2008 es docente en la Universidad Pontificia Bolivariana y también dedica parte de su tiempo a la jardinería y a la encuadernación.

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“Algún día volveré a Balandú en busca de mis pasos perdidos. Algún día subiré al páramo donde inventamos la lluvia”.

“Si vas a un pueblo donde se oye por lo menos el cascoteo de un caballo sobre las piedras, ese es Balandú; si pasas por un lugar y escuchas fuertes golpes de campana que hacen estremecer a las ramas sobre los tapiales, ese es Balandú; si llegas a un sitio de paredes altas y balcones y aleros carcomidos, con golondrinas en el vecindario, ese es Balandú; si ves hileras de muchachas con alegría temerosa por la plaza y sus aceras, eso es Balandú; si miras un llanto frente a una boca que ríe, campanas al fondo, eso es Balandú; si notas que el amor te hiere y se estanca en el corazón olvidado, eso es Balandú; si detrás de unos muros blancos sale un rezo coral de convento, ese es Balandú; si oyes canciones trasnochadas delante de unas orejas de prostíbulo pobre, ese es Balandú. Si antes de llegar alcanzas a ver enormes tejados que anuncian calles grises y solares verdes, ese es Balandú; si a media noche escuchas un sollozo vecino de un relato, estás en Balandú; si a las primeras horas de la madrugada, hacia los rastrojos de unas afueras móviles, pasan fantasmas furtivos, estás en Balandú; si atestiguas por el atrio y las aceras el taconeo de pares y pares de zapatos gastados de ausencia, ese es Balandú; si crees estar en el largo día de difuntos y sabes que las campanas doblan tu muerte, conocerás a Balandú, otra muerte más sobre tu muerte”.

Manuel Mejía Vallejo

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Manuel Mejía Vallejo

Manuel Mejía Vallejo

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Habitantes de Balandú

Por Eliana María Urrego Arango

Balandú es la aldea imaginaria donde desembocan los ensueños del escritor antioqueño Manuel Mejía Vallejo (1923-1998). Una geografía recreada alrededor de recuerdos de infancia que hacen las veces de núcleos simbólicos que desvelan un sentido íntimo y profundo de la vida en la gran montaña andina en su tramo más verde y tropical, poco antes de fundirse con el mar. En este territorio, inspirado en el pueblo de Jardín, habitan una serie de personajes entre los que destaca la familia Herreros.

Para los Herreros, Balandú es su lugar de origen, la identidad familiar se liga por siempre al espacio en el que moran. La montaña que dominaron y bautizaron como Balandú, que sacralizaron y convirtieron en su cosmos, representa el mundo que les confirma su pasado de fundadores, de señores de la tierra y que, a la vez, les señala como malditos. Los Herreros habitan la aldea bajo el influjo de aquella maldición, son patriarcas, andariegos, seres del encierro y las vocaciones, mujeres que ven más allá, existencias quietas y fantasmas que retornan en el reflejo de los espejos. A través de ellos Manuel Mejía Vallejo dibuja con infinidad de matices, de rostros, a los habitantes de su mundo de ficción, hombres y mujeres que reflejan una manera de vivir y trascender el espacio.

Fuente:

Comunicación personal.