Presentación

La dieta de la hiena

Agosto 1 de 2013

“La dieta de la hiena” de Gustavo Acosta Vinasco

* * *

Gustavo Adolfo Acosta Vinasco (Pereira, 1974) es cronista, editor, traductor y docente. Cuentos suyos han aparecido en el periódico La Tarde de Pereira y en la Revista Odradek de Medellín. Ha sido colaborador y editorialista de la Revista Folios de la Universidad de Antioquia, de los periódicos La Tarde y Pulso de Pereira, donde fue editor general, Gente y La Hoja de Medellín. Realizó estudios de Filosofía en la Universidad de Antioquia y de Literatura en la Pontificia Universidad Javeriana. Ha publicado “Fantasías, epigramas, ilusiones” (ensayo), “Antología impersonal 1994-2009” (poesía), “Crónicas, perfiles y entrevistas” y “Sexta generación y otros cuentos” (Jirafa Enana Editorial, 2010). Fue editor del libro “Pereira 150 años”, publicado por el periódico La Tarde y la Academia Pereirana de Historia. En la actualidad es profesor de lengua castellana en el Liceo Pino Verde en Pereira.

Juan David Arias Calle es filósofo de la Universidad de Antioquia y magíster en Historia de la Universidad Nacional. Publicó “Con la tinta de mi sangre: amor y desamor en las canciones de despecho” (La Carreta, 2009) y se desempeña como profesor de los cursos Comunicación y Lengua Materna en la Universidad de Antioquia y de la cátedra de Economía Social y Solidaria en la Universidad Nacional, sede Medellín.

Presentación del autor
por Juan David Arias Calle

* * *

Jirafa Enana Editorial

* * *

Sus escritos se han caracterizado por hacer una mirada crítica e irónica de la realidad, partiendo en ocasiones de su propio contexto. En este caso no es la excepción. El libro cierra con el texto “Los fugitivos del Mega”, a modo de facsímil: El ciclista es el anfibio de la ciudad, entre peatón y motociclista. A veces usurpa el camino de los transeúntes, con la premura del esquiador que huye de la bestia aplanadora.

Alejandro Patiño

Los aforismos que se encuentran en el libro son de diferentes temas y épocas, salidos de la libreta de apuntes en la que el autor hacía sus anotaciones para ensayos o para el día a día de la labor periodística. Algunos de los escritos del libro tocan el tema de ciudad desde diferentes puntos de vista y el texto está dedicado a todos los lectores de Pereira que deseen reflexionar un poco acerca de los temas locales. “La hiena es un animal que en África es domesticable, es salvaje pero se deja domesticar. De ahí viene el nombre, pues este animal trata de convivir con el hombre a pesar de su naturaleza”, explica el autor del libro.

Yuliana Arias Sánchez
La Tarde

* * *

Gustavo Adolfo Acosta Vinasco

Gustavo Adolfo Acosta Vinasco

* * *

La dieta de la hiena

Fragmento

Los fugitivos del Mega

1. El ciclista es el anfibio de la ciudad, entre peatón y motociclista. A veces usurpa el camino de los transeúntes, con la premura del esquiador que huye de la bestia aplanadora.

De hecho, el ciclista es la menor amenaza para estos.

2. El ciclista es un eslabón perdido en el progreso de la congestión.

3. Ante la voracidad que circula por las vías el ciclista juega a no pensar en perder la vida transitando entre camiones, busetas, conductores borrachos; esquivando huecos, alcantarillas, desniveles.

4. Las ciclovías o ciclo rutas no se hacen con pintura ni se limitan con cintas amarillas; un resquicio de berma no es un bicicarril.

5. Con sus luces alcalinas las bicicletas se parecen a luciérnagas bogando por la ribera de un río pleno de depredadores.

6. El conducto más “seguro” para conducir bicicleta en Pereira es el del Megabús, pero hay que ganarle las bases, como a un elefante del que adivinamos el límite que le impone su peso y da tiempo para huir.

7. La bicicleta demuestra, a lo largo del mismo conducto del Mega, que es más rápida que él, la frecuencia con que éste pasa delata su ineficiencia y manifiesta la eficacia de aquella.

8. El conducto del centro (por la carrera sexta) por donde viaja el Mega en realidad le pertenece al peatón.

El conducto de la avenida 30 de Agosto por donde viaja el Mega en realidad le pertenece al ciclista.

El espacio entre andén y vía que está en manos de los vendedores ambulantes que invadieron la ciudad en realidad podría brindársele al motociclista.

En verdad el Megabús no le pertenece a la ciudad, pues no le deja ganancias. Pereira es sólo un local para el negocio que articularon. Un infructuoso comodato.

Todos los anteriores fuimos timados.

9. El conducto del tren dentro de la ciudad le fue concedido a los automóviles.

El conducto del tren fuera de la ciudad le fue cedido a los automóviles en muchos casos, y usurpado en otros por invasiones humanas —si agricultores, se les concedería.

Al ciclista nadie le ha legado nada —todavía—.

10. En horario laboral cada minuto pasa al menos un ciclista por Belmonte, entrada occidental de la ciudad, antigua zona industrial; en la mira trae un trabajo, proveniente ya de La Virginia, de Galicia, de Villegas, su vehículo le es solidario con la topografía de esta mesopotamia criolla.

11. Lo mismo desde Dosquebradas, en dirección a ofrecer un servicio incluso en Cerritos. La bicicleta sustenta al proletario; el proletariado y la clase artesanal son el motor de la ciudad.

12. La chiva es el ferri de la bici, cuando el ciclista que escaló hasta el pie de los nevados ya no quiere regresar por sus medios.

Pero cada vez hay menos chivas en cuyo capacete se monta la bici; las busetas remplazaron a la chiva; y para ir al pie de los nevados cada vez hay menos carretera, es muchos tramos es una vía como para bicicletas.

13. La bicicleta no es un caballito de batalla; pero ayuda a sobrevivir en una vida que no deja de ser guerreada.

14. Después de Mariana Pajón, la bicicleta BMX —la “princesa” de los ochenta—, destronó a la reina de las bicicletas, la rutera del siglo XX.

La de turismo es la heterodoxa, la independiente; la todoterreno es la rebelde.

15. Con una bici el ciudadano se hace un poco más infante.

Fuente:

Acosta, Gustavo. La dieta de la hiena. Jirafa Enana Editorial, Pereira, 2013.