Lectura y Conversación

María Cristina Restrepo

Mayo 18 de 2006

Amores sin tregua - María Cristina Restrepo

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María Cristina Restrepo nació en Medellín. Estudió en el Istituto Internazionale de Roma lenguas modernas, historia del arte y de la civilización, y en la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín filosofía y letras y educación. Ha traducido textos de R. L. Stevenson, Somerset Maugham, Ambrose Bierce, Washington Irving, H. D. Thoreau, Oscar Wilde y Mark Twain. Ha sido profesora universitaria de literatura contemporánea, moderna y de español, y ha estado vinculada a destacados proyectos editoriales y de gestión cultural. Entre sus publicaciones se cuentan el ensayo “El olvido en la obra de Marcel Proust” (1986), el libro de cuentos “La vieja casa de la calle Maracaibo” (1989), y las novelas “De una vez y para siempre” (2000) y “Amores sin tregua” (2006). Actualmente dirige el Centro Cultural Luis Echavarría Villegas de la Universidad Eafit.

Presentación de la autora y de “Amores sin tregua” por Aura López, coordinadora de la biblioteca del Jardín Botánico Joaquín Antonio Uribe, ex columnista de los periódicos El Colombiano y El Mundo, voz reconocida en la emisora de la Cámara de Comercio de Medellín (programas “Léeme un cuento”, “Por puro gusto”) y confidente de los lectores en la desaparecida Librería Aguirre, quien “dedica su existencia a despertar en otros lo que ha sido su gran pasión: la lectura”.

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Creación literaria e historia

Por Marta Elena Bravo

Uno de los temas más apasionantes de la teoría de la historia y de la teoría de la literatura es la relación historia y literatura. Recuerdo al respecto los maravillosos cursos del inolvidable colega de la Universidad Nacional, Antonio Restrepo. Asimismo de un mérito enorme es la tesis de doctorado De Literatura e Historia: Manuela Sáenz: entre el Discurso del Amor y el Discurso del Otro, de la profesora y escritora antioqueña Judith Nieto, recientemente editada por la Universidad Industrial de Santander. Aborda el tema con hondura, lucidez y belleza a partir de la apasionante figura de Manuelita Sáenz vista en seis obras literarias.

Traigo a colación esto por la aparición del libro de María Cristina Restrepo Amores sin tregua, un éxito editorial, que es un justo reconocimiento a su valor. Ya la escritora había entregado otras dos obras de narrativa La vieja casa de la calle de Maracaibo y De una vez y para siempre. Sus trabajos, en un recorrido ascendente, dan cuenta con solvencia de su conocimiento a fondo del oficio de escribir. En su última novela conjuga lo histórico, con figuras centrales como Tomás Cipriano de Mosquera, Pascual Bravo y Camilo Antonio Echeverri, con la creación literaria para lograr un hermoso relato y consolidar lo que un novelista debe buscar: la verdad literaria que es distinta de la histórica y la belleza expresada en el lenguaje, en el tratamiento de los personajes, en la estructura de los hechos, en las duras luchas endémicas en nuestro país en el campo político e ideológico. Esa verdad literaria se afinca asimismo en un trabajo riguroso de investigación que incide en la trama, en la creación de atmósferas humanas, que nos dicen mucho de la mentalidad de la época. Transcurre en el siglo XIX y tiene en la guerra entre los partidos, la Constitución del 63, y el liderazgo de Pascual Bravo, unos hitos fundamentales. Esta figura histórica en su corta vida —a los 25 años murió víctima de la guerra— mostró su talante de humanista y estadista preocupado por la educación y la dignidad de los antioqueños.

Amores sin tregua - María Cristina Restrepo

Marcelina Vásquez de Márquez, óleo de Edouard Vienot, y Batalla del río Palo, óleo de José María Espinosa, ambas obras de la colección de pintura del Museo Nacional de Colombia. Detalle de la carátula de Amores sin tregua.

Como dice Luis de Greiff Obregón: “La vida de Pascual Bravo, demasiado corta, pero extraordinariamente dinámica, intensa y fecunda, es la demostración histórica de lo que vale una juventud de recia voluntad y una mente bien nutrida, cuando entra con pie firme en las luchas cívicas, animada de nobles sentimientos patrióticos y ansiosa de sostener sus ideales con lealtad y bizarría”. Pero no sólo personajes masculinos se destacan.

También las mujeres, admirablemente descritas y puestas en escena con hermosura y gracia, pero no exentas de tragedia, en la expresión de su feminidad, en el desempeño de sus roles sociales.

Profundidad en la caracterización, soltura y elegancia en la narración hasta llegar a varios momentos especiales en el cruce de la vida de los protagonistas. El resultado que alcanza María Cristina es una narrativa convincente, sugerente, rica, maravillosa al expresar con finura momentos especiales como cuando dos de los protagonistas, Pascual y Obdulia, en el acto del amor llegan “hasta entrar juntos a ese vacío en el cual se hundía la existencia, allí donde desaparecían el tiempo, el dolor y la muerte, para ascender cada vez más rápido, cada vez más alto, hasta gritar la intensidad de su goce”.

La belleza y verdad literaria en la construcción de la novela muestran a una escritora de alta categoría: como artista y creadora va más allá de lo histórico, importante en el relato sí, pero no suficiente. La narración expresa lo humano, bella y trágicamente humano, tema de lo novelable, transformándolo mediante la fabulación en una obra de un acertado registro estético.

Fuente:

Periódico El Colombiano.