Presentación

Tatuajes de viento

Noviembre 25 de 2010

"Tatuajes de viento" de Víctor Raúl Jaramillo

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Víctor Raúl Jaramillo (Sonsón, Antioquia, 1966). Filósofo de la Universidad de Antioquia, Licenciado en Educación de la Universidad Cooperativa de Colombia, Doctor en Filosofía de la Universidad Pontificia Bolivariana. Ha realizado estudios de pintura y música. Es creador de un Consultorio Filosófico y fundador del grupo de rock Reencarnación, con el que ha prensado tres demo-tapes: “Dioses muertos” (1987), “Alucinógeno” (1989), “Planeta azul” (1994). El L.P.: “Reencarnación” (1988). El E.P.: “Acompáñame a la tumba” (1988). Los CD: “Egipto” (1996), “Visiones terrenales” (2000). Ha publicado los libros de poemas “Tatuajes de viento” (1992), “Jornada de silencio” (1994), “Lucifer el hermoso” (1997), “Bajo el signo de Hermes” (1998), “Alas para el escorpión” (1999). El libro de filosofía y estética “El vuelo del ancla” (1998). La tesis doctoral “Terapia dialógica: introducción al consultorio filosófico” (2000). La antología impropia “La reunión del solitario” (1999). Publicó como coautor el libro de filosofía como medicina “La palabra detonante” (2002). Editó una antología musicalizada de sus poemas en casete (1998). Actualmente se desempeña como profesor y terapeuta.

Presentación del autor
por David Esteban Zuluaga

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La obra poética, narrativa, ensayística y filosófica de Víctor Raúl Jaramillo constituye en los últimos veinte años uno de los referentes más interesantes y significativos de nuestra literatura antioqueña y, en particular, de Medellín. Así lo demuestran la originalidad de su estilo, la fuerza expresiva de su lenguaje, la singularidad de su visión conceptual y el enfoque riguroso de su trabajo en un medio donde, regularmente, no es fácil encontrar reunidas en un escritor tales virtudes. (…) Poesía y pensamiento nunca fueron para Víctor una contradicción o una dicotomía insoluble como en algún momento llegó a creerse. Por fortuna las nuevas teorías del universo, el arte, las ciencias sociales y experimentales hacen cada vez más visible esa unidad primordial de la que, justamente, nos han hablado siempre los poetas.

Pedro Arturo Estrada

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Víctor Raúl Jaramillo

Víctor Raúl Jaramillo

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Tres poemas de
Víctor Raúl Jaramillo

La miel y la hiel

La vida es más vieja que yo
o tanto como yo
y quizá no pase de ser un aguantarse el sueño
donde todos mueven calles y ríos
en su nobleza de verdugos
y la voz es la antigüedad de una muerte silenciosa y única

Nuestra historia desbocada
nuestra historia como un charco de sangre
y un amor canoso
que intuye razas y culturas
peleándose un espacio que crece como cárcel

Todo existe y ayuda
sal del vientre de tu alma y canta
canta las verdades de tu extrañeza
quédate fértil y viva soledad
o posa tu mejilla en la almohada de la sombra
ya no hay elección que mueva al mundo de un solo grito

Tú tienes tres y más o nada y todo
tú tienes o no tienes
pero al fin y al cabo tú

Benditos nuestros hijos
benditos nosotros
tan dueños de nosotros pisando la tierra
benditas las aves y los peces y los animales
ingenuos de la tierra
matanza dulce de espíritus
batalla de colmena…

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Canción de cuna

¿Duermes?
Sigue durmiendo…
No vale la pena despertarse
para continuar el ayuno en la celda.

¿Duermes?
Sigue durmiendo…
Un ángel sin ojos
yace tendido en una laguna de lirios
y el musgo
que ha brotado pasada la guerra
es pisoteado humildemente por los caballos.

¿Duermes?
Sigue durmiendo…
Estás coronado en una canción de cuna
y una serpiente de fuego vela tu sueño.

Pronto saldrás a la plaza
para romper el eco de la piedra
que ha impedido el largo viaje por el mar.

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Bienvenida

Mi padre, con un respiro famélico, a la espera de ese hilito de sol que se filtraba todas las mañanas por una ventana insuficiente, casi a la altura del techo, pareció reconocer las notas del pájaro que se posó ese día en ella tragándose toda la luz por un instante. Su lecho estaba rodeado por esperanzas intravenosas que venían empacadas al vacío y el cuarto conservaba un olor a vida remendada. El tiempo pasaba rápido; apenas si nos daba un palmoteo y se esfumaba. Él seguía ahí, tirado sobre unas sábanas blancas donde se perdía en su palidez de estatua de cera mal hecha, con sus ojos pegados al recuerdo, hasta que sintió el frío de la muerte —que rondaba su agonía—, aferrado a él con la fuerza de una amante. Entonces nos miró, con un último esfuerzo frunció el ceño como censurando nuestro silencio, y dejó oír el estertor final.

¿Acaso quería que cantáramos y bailáramos para ella?

Fuente:

Jaramillo, Víctor Raúl. Tatuajes de viento. Corporación Ideas y Palabras, Editorial Tambor Arlequín, Medellín, 2010.