Con su Música a Otraparte

A la Cas(z)a del Jazz

Dos obras maestras
de Charles Mingus

Coordina: Mauricio Correa
Noviembre 1º de 2014

Charles Mingus

Charles Mingus

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A la Cas(z)a del Jazz

Charles Mingus se moja los dedos con su propia saliva
pasa sus dedos mojados suavemente sobre las cuerdas
toca la madera y piensa en que es el único hombre que entiende su instrumento
su ciclo vital gira en torno de una composición perfecta
como los grandes maestros se imagina su música
interpretada por el viento
por el eco en las cuevas
el leve ingreso de sus notas en los océanos
el vibrar en las montañas
las llamas de un fuego
de un fuego siniestro ideado por un ser horrendo
enemigo de todo lo que se extiende
de todo lo que perdura y de todo lo que no existe
enemigo de sí mismo se hace carbón
con el carbón el hombre escribe y dibuja
el destino del fuego
es simulado por el sonido cadencioso de un violín estridente
locura incesante que todo lo perfora piensa Mingus
escribe en sus líneas dibujos indescriptibles para músicos terrenales
todos han muerto.

Sebastián Santiago Mangione

La velada musical A la Cas(z)a del Jazz será un encuentro mensual para la exploración de este género musical, en todas sus manifestaciones y variantes.

Haremos un recorrido —no cronológico, sino caprichoso— por su historia. Algunos componentes del programa serán:

  • Obras maestras
  • Documentales
  • Jazz y literatura
  • Anécdotas
  • Vocabulario
  • Jazz en la Red
  • Jazz y fotografía
  • Mejores videos
  • Cine y jazz
  • Conciertos destacados
  • Jazz y política
  • Jazz colombiano y mundial
  • El blues (género fundamental para el desarrollo del jazz)

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Mauricio Correa Vásquez (Medellín, 1959) es fundador de los cine-clubes “Cine-Ojo de Envigado” y “Cine-Taller Unaula”, así como del Festival de Cine de Santa Fe de Antioquia. Se ha desempeñado como administrador de la cinemateca Subterráneo (1979-1980), librero (Mesa del Silencio, Continental, Al Pie de la Letra) y programador musical en el Bodegón del Parque, Eslabón Prendido, El Bar, etc. Desde su adolescencia se interesó por el jazz y ha realizado los programas “Fusión” y “Jazz/Blues” en la Emisora Cultural de la Universidad de Antioquia, y “Toma Alterna” en U.N. Radio. Asimismo, ha dictado conferencias en el Centro Colombo Americano (“El jazz o la reafirmación del individuo para la cultura”, “100 años de jazz”), Comfenalco Antioquia, Casa Museo Otraparte (“Julio Cortázar y el jazz”), y realizado veladas y discadas en diversos bares y tabernas de Medellín y El Carmen de Viboral. Hizo parte de la junta directiva del Club del Jazz de Medellín. Actualmente se desempeña como corrector de estilo.

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Mauricio Correa

Mauricio Correa

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Velada n.° 20

En nuestra velada del 1º de noviembre haremos una audición comentada y detallada del disco The Black Saint and the Sinner Lady, compuesto y grabado por Charles Mingus en 1963. Esta obra es considerada como una de las más importantes en la historia del jazz y de la música en general.

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Irascible, exigente, matón y probablemente genio, Charles Mingus se estableció como un ícono en el jazz de la segunda mitad del siglo XX, y logró crear un patrimonio universalmente aplaudido solo después de su muerte. Como contrabajista, pocos han llegado a su nivel. Mingus tenía un tono potente y un sentido pulsante del ritmo, capaz de elevar el instrumento por sobre el resto de la banda hacia la línea delantera. Si Mingus hubiera sido solamente un gran contrabajista, pocos recordarían su nombre hoy en día. Fue el mejor contrabajista, líder y compositor que el jazz haya conocido. Alguien que siempre mantuvo su oído en el pulso, espíritu y espontaneidad del feroz poder expresivo del jazz.

En su música, Mingus extrae elementos de todas sus experiencias —del gospel y los blues pasando por el jazz de Nueva Orleans, swing, bop, música latina, música docta moderna, hasta el jazz avantgarde—. Aunque su repertorio se basa primordialmente en los blues de doce compases y la forma estándar de treinta y dos compases, sus grupos destruían la fórmula de presentar el tema, una serie de improvisaciones y vuelta al tema. Muchas de estas características las heredó de Duke Ellington. Sin embargo, Mingus usó la mezcla de sonido y armonías típicamente ellingtoniana y le agregó disonancias y cambios abruptos de tiempo, introduciendo aceleraciones exageradas que generaban su propio ímpetu. […]

Mingus sintió intensamente el prejuicio racial —el cual, combinado con las frustraciones de tratar de triunfar en el negocio del mundo de la música siguiendo sus propias exigencias, se filtra en su música—. De hecho, alguno de los estrafalarios títulos de sus composiciones tienen connotaciones políticas, tales como Fables of Faubus (que se refiere al gobernador de Arkansas, quien trató de mantener la segregación en los colegios de Little Rock), Oh Lord, don’t let them Drop that Atomic Bomb on Me y Remember Rockefeller at Attica. Pero también podía ser sumamente cómico. […]

Nació en un cuartel del ejército en Nogales, Arizona. Poco después fue llevado a Watts, distrito de Los Ángeles, donde creció. La primera música que escuchó fue música religiosa —la única que su madrastra permitía en su casa—, pero un día, a pesar de las amenazas de ser castigado, oyó en la radio de su padre a Duke Ellington en East St. Louis Toodle-Oo, su primera experiencia de jazz. Trató de aprender el trombón cuando tenía seis años y después el chelo, pero se cansó por lo incompetentes que eran sus profesores y terminó tocando el contrabajo cuando empezó la educación secundaria. Sus primeros profesores fueron Red Callender y un excontrabajista de la New York Philharmonic, llamado Herman Rheinschagen, y también estudió composición con Lloyd Reese. Una composición proto-Third Stream escrita por Mingus en 1940-41, “Half-Mast Inhibition” (registrada en 1960), revela una imaginación extraordinaria, teniendo en cuenta que era un quinceañero.

Un prodigio del contrabajo, Mingus actuó con Kid Ory en el grupo de Barney Bigard en 1942 e hizo giras con Louis Armstrong el año siguiente. Gravitaba hacia el r & b en los años 40, trabajando con Lionel Hampton y su banda entre 1947-48, acompañando a artistas de r & b y jazz. Además, liderando grupos de varios idiomas musicales bajo el nombre de Baron von Mingus. Comenzó a hacerse notar a nivel nacional como el contrabajista de Red Norvo y su trío con el guitarrista Tal Farlow en 1950-51, y cuando dejó ese grupo se mudó a New York, donde comenzó a trabajar con artistas estelares, incluyendo a Billy Taylor, Stan Getz y Art Tatum. Y brevemente se reunió con su ídolo Ellington, con quien tuvo la distinción de ser el único músico despedido de la banda personalmente por Duke.

En esa época Mingus trató de convertirse en punto de reunión de la comunidad jazzística. Fundó en 1952 el sello Debut, en sociedad con su mujer Celia y Max Roach, con el objetivo de grabar una amplia variedad de jazz, desde bebop a música experimental. El sello quebró en 1957. Dentro de las ediciones más notables de Debut están el famoso concierto de 1953: Massey Hall Concert, en Toronto, con Charlie Parker, Dizzy Gillespie, Bud Powell, Max Roach y Mingus. […]

Ya por el año 1956, con la edición de Pithecanthropus Erectus (Atlantic), Mingus había claramente encontrado su lugar como compositor y líder, y había creado un compendio del jazz del pasado y del presente, que constantemente mudaba, tanteando un camino hacia el free jazz del futuro. Durante la década siguiente creó un extraordinario volumen de obras para varios sellos, en el que se incluyen álbumes claves como The Clown, New Tijuana Moods, Mingus Ah Um, Blues And Roots y Oh Yeah; estándares como Goodbye Pork Pie Hat, Better git it in your Soul, Haitian Fight Song and Wednesday Night Prayer Meeting; y extensas obras como Meditations on Integration y Epitaph. A través de sus ensambles, que varían en tamaño desde cuartetos a big bands de once músicos, pasó una procesión de notables tales como Eric Dolphy, Jackie McLean, J. R. Montrose, Jimmy Knepper, Roland Kirk, Booker Ervin y John Handy, y el dominante contrabajo de Mingus y su volátil personalidad que empujaban a sus músicos más allá de lo que ellos mismos querían llegar. Los grupos con el gran Dolphy (se recomienda en vivo en Mingus at Antibes) a principios de los 60 puede que hayan sido sus más dinámicos. The black saint and the sinner lady (1963), un extenso ballet para big band que capta ampliamente la angustia/júbilo de la doble personalidad de Mingus, puede ser su obra maestra.

Sin embargo, los esfuerzos obsesivos de Mingus por librarse de los riesgos económicos y robos del negocio de la música casi lo volvieron loco en los años 60 (efectivamente, las notas que acompañan al LP The Black Saint fueron escritas por su psicólogo, Dr. Edmund Pollock). Trató de competir con los festivales de Newport al organizar su propio Jazz Artists Guild en 1960. Pretendía dar más control sobre sus trabajos a los músicos […]. Renunció a la música completamente en 1966, pero reanudó actuaciones en junio de 1969, solo por una necesidad desesperada de dinero.

Una beca de la Guggenheim Foundation, la publicación de Beneath the Underdog en 1971, y la venta de los masters de Debut al sello Fantasy elevaron su espíritu. Y un nuevo y estimulante LP para Columbia, Let My Children Hear Music, le dio un vuelco de publicidad, reconocimiento y atención por parte del público. Ya en 1974 había formado un nuevo y joven quinteto, anclado por su noble y leal baterista Dannie Richmond, que incluía a Jack Walrath, Don Pullen y George Adams. Y más composiciones siguieron, entre las cuales encontramos la masiva y caleidoscópica Cumbia and Jazz Fusion, basada en música colombiana.

Crecía el respeto, pero, ¡ojo! El tiempo era escaso. A fines de 1977 se le diagnosticó que sufría de esclerosis amiotrófica lateral, y menos de un año después Mingus no pudo tocar más el contrabajo. […]

Desde su muerte, la importancia y fama de Mingus han crecido asombrosamente, gracias en parte a los esfuerzos de su viuda, Sue Mingus. Un grupo de repertorio póstumo, “Mingus Dynasty”, se formó casi inmediatamente después de su muerte y el concepto se expandió en 1991 con la excitante Mingus Big Band, que ha resucitado muchas de las partituras más desafiantes de Mingus. Epitaph fue finalmente reconstruida, presentada y grabada en 1989 con una gran acogida general. […]

Roberto Barahona

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Escuchar “A Solo Dancer”

Ver “Charles Mingus,
el jazzista de Nogales”

Leer “Una tarde incómoda”

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Charles Mingus