Érase una vez… en Otraparte

Lecturas en voz
alta para niños de
todas las edades

Coordina: Mauricio Quintero
—Mayo 27 de 2018—

Una mariquita sobre una flor

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Este será un espacio para leer juntos, para acercarnos a las palabras, al disfrute que ellas nos proporcionan desde siempre. Palabras que se trenzarán en poemas y cuentos para chicos y grandes, imágenes que saltarán por las ventanas hasta nuestros ojos, sensaciones de no tiempo y no lugar como en el paraíso de la infancia. Paladear los acentos, los ritmos y las desconocidas sonoridades que llevarán de la mano a nuestros niños (y a nosotros mismos) por paisajes e historias que de otro modo no habríamos soñado.

Se trata especialmente de abrir a los niños, en su experiencia cotidiana, un lugar para que no pierdan el asombro ni las preguntas, para cultivar su mirada y su sensibilidad, su percepción de la vida. Se trata de restituirles una región de la belleza y el sueño que en esta época de consumo y derroche tecnológico han empezado a perder.

La lectura y disfrutar el arte libremente será para ellos una experiencia enriquecedora que el tiempo, nuestra ciudad, nuestro país y la vida misma sabrán agradecer.

En esta sesión crearemos historias y personajes inspirados en las formas, colores y características de las distintas clases de bromelias que florecen en los jardines de Otraparte. Una invitación para que los niños descubran por medio de sus palabras la riqueza natural de nuestro entorno.

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El Principito

A León Werth

Pido perdón a los niños por haber dedicado este libro a una persona mayor. Tengo una seria excusa: esta persona mayor es el mejor amigo que tengo en el mundo. Tengo otra excusa: esta persona mayor es capaz de comprenderlo todo, incluso los libros para niños. Tengo una tercera excusa todavía: esta persona mayor vive en Francia, donde pasa hambre y frío. Tiene, por consiguiente, una gran necesidad de ser consolada.

Si no fueran suficientes todas esas razones, quiero entonces dedicar este libro al niño que fue hace tiempo esta persona mayor. Todas las personas mayores antes han sido niños. (Pero pocas de ellas lo recuerdan). Corrijo, por consiguiente, mi dedicatoria:

A León Werth cuando era niño

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Cuento de la flor

Por María Morales

Había una vez una linda flor de colores muy vistosos: rojo brillante, naranja y amarillo. La flor estaba feliz porque todo el mundo le decía que era muy hermosa. Un día, al amanecer, se puso a llover y siguió lloviendo sin parar hasta el anochecer.

Al día siguiente, con los primeros rayos del sol, la flor se despertó y al abrir sus pétalos a la luz se dio cuenta de que todos y cada uno de ellos habían perdido su color; ahora eran blancos como la nieve. ¿Qué es lo que había sucedido? La flor, muy triste, no paraba de llorar. De pronto, apareció a su lado un hada con un vestido de larga cola con todos los colores del Arco Iris.

—¿Qué te pasa, linda flor? ¿Por qué lloras?

—Porque he perdido mis lindos colores, la lluvia del día anterior los ha borrado por completo.

—¡No te preocupes! —dijo el hada. Con estos rotuladores mágicos, yo te los volveré a dar; pero te pongo una condición.

—¿Cuál es? —preguntó la flor.

—Muy sencillo: quiero que junto a tus hermosos colores, deleites a todos los habitantes del campo con un agradable perfume.

La flor aceptó. En ese momento, el hada derramó sobre ella el líquido que contenía un pequeño frasquito de cristal y al instante las demás flores y habitantes del campo pudieron disfrutar de ese delicado perfume.

Después el hada cogió sus rotuladores mágicos y con mucha paciencia fue coloreando todos los pétalos de la flor, hasta lucir tan hermosa como antes.

La flor dio las gracias al hada y prometió seguir inundando el campo con su perfume y compartirlo con todo el mundo.

Fuente:

Cuentosinfantilescortos.net

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Dibujo de flores