Érase una vez… en Otraparte

Lecturas en voz
alta para niños de
todas las edades

Coordina: Mauricio Quintero
—Julio 22 de 2018—

Ilustración de Amariah Rauscher de una niña leyendo y soñando

Ilustración © Amariah Rauscher

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Este será un espacio para leer juntos, para acercarnos a las palabras, al disfrute que ellas nos proporcionan desde siempre. Palabras que se trenzarán en poemas y cuentos para chicos y grandes, imágenes que saltarán por las ventanas hasta nuestros ojos, sensaciones de no tiempo y no lugar como en el paraíso de la infancia. Paladear los acentos, los ritmos y las desconocidas sonoridades que llevarán de la mano a nuestros niños (y a nosotros mismos) por paisajes e historias que de otro modo no habríamos soñado.

Se trata especialmente de abrir a los niños, en su experiencia cotidiana, un lugar para que no pierdan el asombro ni las preguntas, para cultivar su mirada y su sensibilidad, su percepción de la vida. Se trata de restituirles una región de la belleza y el sueño que en esta época de consumo y derroche tecnológico han empezado a perder.

La lectura y disfrutar el arte libremente será para ellos una experiencia enriquecedora que el tiempo, nuestra ciudad, nuestro país y la vida misma sabrán agradecer.

En esta sesión realizaremos lecturas en voz alta y proyectaremos el cortometraje “El herrero” del director estadounidense Buster Keaton, uno de los mayores exponentes del cine mudo cómico.

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El Principito

A León Werth

Pido perdón a los niños por haber dedicado este libro a una persona mayor. Tengo una seria excusa: esta persona mayor es el mejor amigo que tengo en el mundo. Tengo otra excusa: esta persona mayor es capaz de comprenderlo todo, incluso los libros para niños. Tengo una tercera excusa todavía: esta persona mayor vive en Francia, donde pasa hambre y frío. Tiene, por consiguiente, una gran necesidad de ser consolada.

Si no fueran suficientes todas esas razones, quiero entonces dedicar este libro al niño que fue hace tiempo esta persona mayor. Todas las personas mayores antes han sido niños. (Pero pocas de ellas lo recuerdan). Corrijo, por consiguiente, mi dedicatoria:

A León Werth cuando era niño

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Cómo se hizo la lluvia

Cuentan que hace mucho, muchísimo tiempo, una gota de agua se cansó de estar en el mismo lugar y quiso navegar por los aires como los pájaros, para conocer el mundo y visitar otras tierras.

Tanto fue el deseo de la gotica de agua, que un día le pidió al Sol que le ayudara: “Astro rey, ayúdame a elevarme hasta el cielo para conocer mejor el mundo”. Y así lo hizo el Sol. Calentó la gotica con sus rayos hasta que, poco a poco, se fue convirtiendo en un vapor de agua. Cuando se quedó como un gas, la gotica de agua se elevó al cielo lentamente.

Desde arriba pudo ver el lugar donde vivía, incluso más allá, pudo ver otros rincones del mundo, otros mares y otras montañas. Anduvo un tiempo la gotica de agua allá en lo alto. Visitó lugares desconocidos, hizo amistades con los pájaros y de vez en cuando algún viento la ponía a danzar por todo el cielo azul.

Sin embargo, a los pocos días, la gotica comenzó a sentirse sola. A pesar de contar con la compañía de los pájaros y la belleza de la tierra vista desde lo alto, nuestra amiga quiso que otras goticas de agua le acompañaran en su aventura, así que decidió bajar a buscarlas y compartir con ellas todo lo que había vivido.

“Viento, ayúdame a bajar del cielo para ir a buscar a mis amigas”. Y el viento así lo hizo. Sopló y sopló un aire frío que congeló la gotica hasta volverse más pesada que el aire, tan pesada que pronto comenzó a descender desde las alturas.

Al aterrizar en la tierra, lo hizo sobre un campo de trigo donde había muchas goticas que recién despertaban hechas rocío mañanero. “Queridas amigas, acompáñenme hasta el cielo”, gritó la gotica, y todas estuvieron de acuerdo. Entonces el Sol las elevó hasta lo alto, donde se convirtieron en una hermosa nube, pero al pasar el tiempo las goticas quisieron bajar nuevamente a contarles a otras goticas sobre lo que habían visto.

Y desde entonces, siempre que llueve, significa que cada gota de agua ha venido a buscar a su amiga para jugar y bailar en el cielo.

Fuente:

Chiquipedia.com

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Ilustración de Amariah Rauscher de un niño leyendo

Ilustración © Amariah Rauscher