Boletín n.º 6
Noviembre 19 de 2002

Un año muy bregado

Amigo de Otraparte:

“En verdad, este año ha sido muy bregado”. Así le decía Fernando González a su hijo Simón en carta de noviembre 26 de 1951. Lo mismo sentimos en 2002 en la Corporación Fernando González – Otraparte: este ha sido un año difícil, de parto, de nacimiento, pero, al fin y al cabo, un año feliz.

Para celebrar este hecho, hemos actualizado la sección Voz de nuestro sitio web con cuatro nuevos archivos de sonido con las palabras del filósofo. De otro lado, en la sección Corporación publicamos un breve resumen de lo que hemos realizado hasta el momento, que podrá leer siguiendo el enlace titulado En qué va la Corporación…

Y finalmente, debido a que mañana miércoles tendremos Cine en Otraparte, le dejo con la invitación a la película y, abajo, la carta completa de Fernando González a su hijo Simón.

Saludo cordial,

Gustavo Restrepo
Director Ejecutivo

* * *

El baño (Shower)

El Baño - Zhang Yang

Miércoles 20
Dirigida por Zhang Yang
China, 2000 – 92 minutos

Un cuento, convertido en comedia dramática para sugerir un camino de vida mejor que los afanes modernos que no nos dejan vivir, y para mostrarnos la gran China, las preciosas llanuras chinas, mostradas en un color admirable, y la pequeña China de las comunidades donde la gente vive y muere. Y, dentro de todo ello, los contrastes: la historia milenaria y su cultura, los avances tecnológicos, la diversidad de los grupos geográficos y generacionales. Es una película encantadora, de valores humanos insertos en una hermosa fotografía que sabe integrar el amor a lo construido por las generaciones anteriores con un ritmo ligero que hace sentir el paso de los años desde una mirada moderna.

Organizan:

Cine Andariego
Proyecciones de cine
en 16 y 35 milímetros

Corporación Fernando
González – Otraparte

Apoyan:

Centro Cultural Stultífera Navis

AudioEscuela

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Medellín, noviembre 26 / 51

Monchito:

Recibimos tu carta del 23, en la cual cuentas del joven alemán conferencista, de la profesora de dibujo que les pusieron y de tus prácticas en soldadura y otros menesteres.

Gocé mucho con tu retrato del alemán y tu apreciación de eso misterioso y bellísimo que se llama «personalidad», «it», «garabato», «señorío». Sí. Lo más valioso, lo netamente humano exclusivo es el tener personalidad. Lo demás es paja. Por eso hay que cultivar la «persona», disciplinarla, encauzarla. Paciencia, método, serenidad, señorío, saber digerir golpes, usar de la imaginación para construirse uno de acuerdo con la imagen de un grande. La Tulia que da el dibujo te quedó como si la viéramos, en tres frases.

Iremos a Cali, apenas cierren las oficinas; en verdad, este año ha sido muy bregado; estoy con fatiga nerviosa. Hay que recuperarse, hacer ejercicios de refacción fisiológica, mental, imaginativa y espiritual. Está seguro de que iremos al tibio Cauca, a la bella Cali.

Tu novia salió antier, domingo, para N. Y., estuvo almorzando en casa, muy querida; me contó cuentos; yo le charlé mucho; le dije que tú eras muy bravo; que esto y aquello, para ver si te quería, y te quiere mucho. Margarita le había dado el remedio del pelo para ti, para que te lo llevara, y yo no dejé, pues de pronto les ponían pereque a unas muchachas solas en la Aduana. Creo que hice bien. Me parece que ahora sí necesitas el auto, para ir a verla en diciembre. Creo que debes ir a pasar con ella la Navidad.

Nano ya por ahí pasado mañana tiene el último examen. Le ha ido muy bien. Ya el año entrante terminará. Goza mucho con el auto. Respecto de pesebrera y vacas, resulta que ese mayordomo es brutísimo: trabaja como peón nada más, es decir, hace fuerza bruta, pero no entiende ni aprende: me pisa la yerba; no aprende a bañar a las vacas, a destapar la tubería del agua, a cultivar plantas, etc. Me he convencido de que por aquí el elemento humano se perdió: no hay ya quien sepa y quiera hacer cosas, con amor: quiero decir, que hay obreros, peones, pero nada de artistas. Y sólo el artista, el que ejecuta su obra con amor, poniendo en ella su espíritu inteligente, vale la pena.

Hoy pensé una cosa: que todo surmenage o cansancio procede de la angustia, así: leer con afán, como si el tiempo se fuera a acabar; estudiar con la idea de que hay que estudiar después otra cosa, o de que es para examen. Mientras que ningún trabajo cansa, si uno lo ejecuta como si nada más tuviera que hacer, como si eso fuera el único fin de nuestra vida. Eso es lo que llamo señorío. Vive allá, en Luma, como si eso fuera todo; vive ejemplarmente allá; haz tus cosas como si estuvieras creando el universo, aun el orinar y el defecar: orina y defeca con calma, con señorío, pues el Señor nos hizo meones y cagones. Sólo los «señoritos» y las «señoritas» se imaginan que eso es feo y vergonzoso; lo imaginan, pero cagan y mean también.

En Mi Simón Bolívar escribí que yo era un hombre que buscaba al Señor en el escusado, mientras defecaba, pues Él está en todas partes y en todo acto.

En fin, Moncho: sé un señor, jamás un «señorito», un remilgado; vive en tu conciencia, en tu tuétano, la verdad de que todo lo que sale de nosotros plenamente, de nuestro amor, es divino, y entonces te convertirás en milagroso, en personalidad viva, que moverá montañas. Todo lo bueno es posible cuando uno es un Señor.

Recibe mi amor y bendición,

Fernando González

P. S. Mi régimen para hoy:

Invocación a las 5½: ¡Bendice, Señor, a este viejo tronco en donde anidan los cucaracheros!

  1. No hablar paja. La palabra es oro, es bomba atómica cuando contiene nuestro espíritu.
  2. Caminar sin urgencia.
  3. Trabajar sin urgencia.

Máxima para asimilar hoy: nada que sea o vaya a ser mío podrán quitarme y nada que no sea mío podré conseguir. Esta máxima contiene la plena aceptación de nuestro destino. Pero… ¡todo lo bueno es mío!

Te bendigo,

F. G.