Boletín n.º 163
Julio 18 de 2019

Maestros y maestras

No se está solo en esto
de estar resistiendo…

Maestros y maestras - No se está solo en esto de estar resistiendo

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Bazar de la Confianza

Jardín Botánico de Medellín
Domingo 21 de julio
Hora: 9:00 a.m. – 6:00 p.m.

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«¡Alerta, hombres hambrientos de libertad y de justicia! Luchad cada uno en nuestro medio y en nuestro campo: convenced a los amigos, practicad el magisterio, que aquí lo que hace falta es luz; hay mucho engañado por una propaganda maliciosa. No dejéis caer al liberalismo, que aún no ha principiado a gobernar. Propagad la prensa del genuino liberalismo. ¡Obreros y campesinos de toda la República, juntos!».

Fernando González

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Confiar Cooperativa Financiera realiza anualmente el «Bazar de la Confianza», evento que desde 1999 reúne a todos sus públicos en un día familiar de gozo y cultura. Además de los diversos espacios temáticos que ya son tradición, en la versión n.º 20 del bazar realizaremos el segundo homenaje a los «maestros y maestras», personas que con su actitud vital, pensamiento y obra han enaltecido al ser humano por encima del capital y el egoísmo.

Este año, bajo el concepto de «trabajo digno», se exaltará la defensa del trabajador y sus derechos recordando el legado de Juana Julia Guzmán, María Cano, Alberto Aguirre y Francisco de Paula Jaramillo.

Busca a los «maestros y maestras» en el camino que conduce al Patio de las Azaleas y al Café Arte, y descubre que «no se está solo en esto de estar resistiendo…».

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Bazar de la Confianza, Confiar Cooperativa Financiera, Corporación Cultural Estanislao Zuleta y Corporación Otraparte

Bazar de la Confianza Confiar Cooperativa Financiera Corporación Cultural Estanislao Zuleta

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A propósito de este homenaje compartimos algunos fragmentos de las columnas de Alberto Aguirre sobre el tema de la lucha obrera y a continuación unas breves reseñas de los Maestros y Maestras 2019…

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Alberto Aguirre
y la lucha obrera

Fragmentos

«Los economistas burgueses olvidan que la economía no es matemática sino política. Cuando analizan un problema lo agarran por el costado numérico: el dato, la estadística, y el hombre viene a quedar como cifra adicional o como imagen fugaz. Hacen una economía de cuarto oscuro, de la cual está ausente el resuello del hombre. Creen manipular la realidad con las cifras y la mecánica (la palanca de la moneda), y los problemas les estallan de continuo: el capitalismo vive en crisis».

«Es que el problema hay que enfrentarlo por la cabeza. Cuando se entienda que el capitalismo tiene como tara indeleble el desempleo se estará en el camino de la solución. El asunto es simple: al reproducirse el capital aumenta la parte dedicada a las máquinas y materias primas (capital constante) y disminuye aquella dedicada a pagar el trabajo (capital variable): aumenta su composición orgánica. Esto determina una disminución relativa de la mano de obra, formándose el llamado “ejército industrial de reserva”: los desempleados. Este “ejército” es mayor en tiempos de crisis y menor en tiempos de bonanza, pero nunca desaparece. Dice Marx: “Esta es la ley general absoluta de la acumulación capitalista. Establece una acumulación de la miseria correspondiente a una acumulación de capital”. El desempleo es fenómeno estructural del capitalismo».

«Cuando el capitalismo entra en crisis, golpea aún más duramente a la clase obrera. En tales crisis, que son cada vez más agudas y dilatadas, el sistema persigue a las organizaciones sindicales, para dejar inerme al obrero y así despojarlo de su salario y de su empleo. Porque el capitalismo, en esas agonías, y a fin de mantener al máximo sus ganancias, considera que el punto más frágil de su estructura de producción es el obrero y sus beneficios. Para reducirlos, conteniendo al mismo tiempo la protesta sindical, monta un aparato represivo, que bordea finalmente con el fascismo. Es lo que se vive hoy en Colombia. Contra el obrero se alza un sistema coercitivo: desde las voces patronales que lo acusan de arruinar a las empresas con sus demandas, hasta el macabro MAS, que lo asesina. Además, se han dado cuenta de que el sindicato no sólo defiende el interés inmediato del trabajador (su salario, su empleo), sino que defiende los vastos intereses de la Patria. Y eso tampoco le conviene a una burguesía cada vez más descastada por su entrega al amo imperialista».

«Ya se ha dicho: para recuperar el liderazgo (cualquiera que sea) hay que empezar por la justicia. No sea que toda esa bambolla sólo sirva para tapar la iniquidad».

«El fenómeno de la división de la sociedad en clases no es invención diabólica de Marx (para perturbar el idilio burgués), sino un hecho concreto. Que ya muchos habían observado, empezando por Maquiavelo. Y cuando el doctor Belisario Betancur habla de “las dos Colombias”, una opulenta, la otra miserable, alude a ese hecho. Lo curioso es observarlo en la práctica. Y anotar cómo una de las clases, la burguesía, tiene la costumbre de arrogarse la representación del país, hasta el punto de que identifica sus intereses con los de la nación. Los demás, la otra Colombia que diría el doctor Betancur, son desperdicio: materia inerte y desechable. […] No se engañe más la burguesía. Un país es cosa vasta y contradictoria. Aquel simplismo, que identifica país con burguesía, no sólo perpetúa la injusticia, sino que conduce a la violencia».

«En el cementerio de Highgate está enterrado Carlos Marx. […] Dice allí, en la piedra, el viejo lema: “Trabajadores de todos los países, ¡uníos!”. Por algo esta calidez, esta vibración del espíritu: la fraternidad de la clase obrera, incomprensible —y aún exótica— en nuestro pequeño mundo burgués. Aquel mandato de amor universal en la lucha, prende el espíritu: aparece la presencia. Ya esa idea ha hecho la libertad de millones de hombres. Y sigue prendida como esperanza en otros muchos millones. De ese modo visceral se entiende lo que ya dicen los textos: el marxismo no es un dogma (una ideología) sino una herramienta en la lucha de la humanidad por su liberación».

Alberto Aguirre

(Aguirre, Alberto. Cuadro. Medellín,
Editorial Letras, septiembre de 1984).

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Maestros y maestras

Juana Julia Guzmán
(1892-1975)

Juana Julia Guzmán (1892-1975)

Defensora de mujeres,
obreros y artesanos.

«El cobarde no hace historia».

Juana Julia Guzmán (Corozal, Sucre). Perteneciente a una familia pobre, no tuvo la oportunidad de asistir a la escuela y a los 12 años de edad comenzó a trabajar como clasificadora de hojas de tabaco. En 1916 se trasladó al departamento de Córdoba, en inmediaciones del río Sinú, donde se desempeñó como empleada doméstica, cantinera y ventera. En 1910 había llegado a Montería el anarquista italiano Vicente Adamo, con quien Juana Julia se vinculó en 1916, creando ambos un año más tarde en dicha ciudad el Centro de Emancipación Femenina. Así mismo, en 1918 fue cofundadora de la Sociedad de Obreros y Artesanos de Córdoba y del Baluarte Rojo de Loma Grande. Por su actividad y prestigio, sus enemigos la apodaron «La robatierra», y a sus seguidores los llamaron «maricones» por permitir que una mujer les dirigiera. Su respuesta fue acuñar el lema «el cobarde no hace historia». En 1919, demostrando su compromiso activo con la causa de las mujeres, impulsó la creación de la Sociedad de Obreras de la Redención de la Mujer, entidad que presidió a los 27 años de edad. En 1927, tras la expulsión de su amigo Vicente Adamo del país por revolucionario, asumió la dirección de tres baluartes de Córdoba (entre ellos el mencionado Baluarte Rojo Loma Grande), cargo que mantuvo durante largos años en medio de constantes persecuciones.

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María Cano
(1867-1967)

María Cano (1867-1967)

Activista política y sindical,
reconocida como «La Flor del Trabajo».

«Compañeros en pie. Listos a defendernos, seamos un solo corazón, un solo brazo. Cerremos filas y adelante».

María de los Ángeles Cano Márquez (Medellín). Nacida en una familia culta de humanistas, el radicalismo de sus padres, Rodolfo Cano y Amelia Márquez, tocó sus fibras rebeldes desde niña. Se vinculó al movimiento literario a comienzos de los años 20, escribiendo con el seudónimo de Helena Castillo en la revista Cyrano, lo mismo que en El Correo Liberal, donde convocó a foros literarios y fomentó la lectura entre los obreros. Su activismo político y sindical empezó en las minas auríferas de Segovia y Remedios, y se extendió a todo el país en defensa de los derechos de la clase trabajadora, en especial de las mujeres. En mayo de 1925 fue declarada “Flor del trabajo”. En 1926 organizó el III Congreso Nacional Obrero junto a su primo Tomás Uribe Márquez. De ese congreso surgió el PSR, Partido Socialista Revolucionario. Recorrió el país en una intensa actividad proselitista en la que las multitudes la aclamaban. Fue encarcelada a raíz de la huelga de los trabajadores de la bananera United Fruit Company, que terminó con la masacre perpetrada por el Ejército entre el 5 y el 6 de diciembre de 1928 en el municipio de Ciénaga, Magdalena. En 1930, tras la escisión interna del Partido Socialista, fue creado el Partido Comunista Colombiano. María escribió en aquella época una carta a Guillermo Hernández Rodríguez, secretario general de ese partido: «Usted acusa de conspiradores a mis compañeros del Partido Socialista Revolucionario y me quiere excluir a mí de tal responsabilidad, porque supuestamente estoy llevada y convencida por ellos, o sea, no me otorga la posibilidad de un criterio personal. En este país, donde la mujer habla a través del cura, del marido o del padre, hay esa costumbre. Pero no le voy a hacer ese debate, la gente sabe quién soy y cuál es mi criterio». En 1930 se vinculó como obrera a la Imprenta Departamental de Antioquia, donde trabajó hasta 1947. Luego se hundió en el más absoluto silencio hasta su muerte, ocurrida el 26 de abril de 1967.

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Alberto Aguirre
(1926-2012)

Alberto Aguirre (1926-2012)

Abogado, periodista, editor, librero,
fotógrafo, traductor, crítico de cine y ensayista.

«Para recuperar el liderazgo (cualquiera que sea) hay que empezar por la justicia».

Alberto Aguirre Ceballos (Girardota, Antioquia) fue abogado, periodista, editor, librero, fotógrafo, traductor, crítico de cine y ensayista. Desde muy joven se desempeñó como juez del trabajo, magistrado del Tribunal Superior de la Sala Laboral y profesor de Derecho en la Universidad de Medellín. Durante su ejercicio como abogado introdujo doctrinas y tesis novedosas a la jurisprudencia nacional. Se entregó con pasión a la investigación del genocidio de Santa Bárbara, Antioquia, donde 28 trabajadores del cemento fueron asesinados a manos del Ejército. Posteriormente se dedicó al periodismo, poniendo al servicio de este oficio el conocimiento de su formación jurídica. Fundó y dirigió en Medellín la Agencia France Presse (AFP). Fotógrafo, editor, columnista en los periódicos El Mundo, El Espectador, El Colombiano y El Diario, y colaborador en las revistas Universidad de Antioquia, Ideas y Valores, Eco, Cromos y Soho, entre otras publicaciones. Tras el asesinato del doctor Héctor Abad Gómez, estuvo exiliado en España en la década de los ochenta por amenazas de muerte. Aguirre Editor, su sello editorial, publicó obras tan importantes como la primera edición de El coronel no tiene quien le escriba (1961) de Gabriel García Márquez, el Libro de los viajes o de las presencias (1959) de Fernando González, las Obras Completas (1960) de León de Greiff y Marea de ratas (1960) de Arturo Echeverri Mejía. Alrededor de la Librería Aguirre (1959-1997) se formó toda una generación de escritores e intelectuales antioqueños como Manuel Mejía Vallejo, Carlos Castro Saavedra, Mario Rivero y Fernando Vallejo. Gonzalo Arango y el grupo de los nadaístas también se reunían allí. Fundó el Cine Club de Medellín y fundó Cuadro, la primera revista especializada en cine en Colombia. Numerosos escritores recibieron su apoyo discreto, gracias a su inmensa cultura literaria, unida a su calidad humana y a su conciencia social y moral.

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Francisco de Paula Jaramillo
(1930-)

Francisco de Paula Jaramillo (1930-)

Abogado y pionero del
cooperativismo en Colombia.

«La cooperación es un acto de sensatez».

Francisco de Paula Jaramillo (Medellín) es abogado de la Universidad Pontificia Bolivariana y pionero del cooperativismo en Colombia. Es autor, entre otras publicaciones, de los libros La democracia cristiana (1962), Camilo: ocho ensayos apasionados (1970), Cooperativismo y sociedad comunitaria (1978), Hacia una concepción cristiana del desarrollo (1992), Doctrina social y empresa: alianza para el desarrollo (1996), Iglesia y cooperativismo (2000), Reflexiones sobre la economía solidaria (2000), Quince afirmaciones cooperativas (2002), Guanentá: el desafío cooperativo (novela, 2003) y Conversatorio sobre la utopía cooperativa (coautor, 2005). Opina que la economía debe buscar la realización del ser humano, fomentar la participación democrática, y considera al cooperativismo como un camino de «superación individual y colectivo». Después de 16 años de experiencia en el sector asegurador, en 1970 fue cofundador de La Equidad Seguros, empresa cooperativa de la cual fue su primer gerente y que se ha destacado por su crecimiento sostenido en medio de innumerables crisis y dificultades sociales, económicas y políticas. Dirigió el Partido Social Demócrata Cristiano, se desempeñó como director de la Organización de las Cooperativas de América, colaboró como columnista en La Nueva Prensa, semanario de alternativa fundado en 1961 por Alberto Zalamea Costa, y fue Consejero de Asuntos Laborales y jefe del Departamento Administrativo Nacional de Cooperativas durante la presidencia de Belisario Betancur. Es miembro fundador de la Corporación Otraparte (2002) y en 2006 recibió el Premio «El Colombiano Ejemplar» por su aporte a la economía cooperativa. En sus propias palabras: «La cooperación, ahora, es sencillamente un acto de sensatez, no es un capricho, no es una teoría bonita, no es una estrategia más o menos lúcida para engañar a los pueblos, es la alternativa que le queda a un mundo convulsionado y desorientado si aspira a sobrevivir».

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Bazar de la Confianza

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