El mar de González
inundó Guadalajara

Por Colprensa, Guadalajara, México

«¿Por qué se guardaron tanto tiempo tan preciado secreto literario como lo es la obra de Tomás González?», es la pregunta que se hace el escritor y crítico literario Álvaro Enrigue sobre la llegada, para él tardía, de la obra del narrador colombiano a las librerías mexicanas.

De los más de 60 escritores nacionales que se encuentran participando en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, Tomás González se ha llevado los elogios de la crítica y la prensa especializada en la FIL.

Apenas se empiezan a conocer en el país azteca, obras como La historia de Horacio y Primero estaba el mar, excelentes cartas de presentación para mostrar su narrativa en el competido mercado mexicano.

«Es simplemente sorprendente. Me encontré con el narrador que le hacía falta a la literatura latinoamericana, quien crea mundos de colores y aromas para relatar historias de muerte y desolación. La escritura de Tomás González es jugosa como una buena fruta», comenta el escritor Gabriel Trujillo.

Para él, la nueva literatura latinoamericana había perdido los elementos que recupera González en sus obras, como el paisaje, los tonos melancólicos, vulnerables, agregándole un elemento más: la ternura.

«Le propone al lector un viaje, con la calidad de sus personajes y el entramado de sus historias», continúa Trujillo.

Según Enrigue, lo que propone el antioqueño es una reescritura de Colombia, la misma que se había alejado de su tradición. «La diferencia está en que González genera nuevos matices para dicha tradición. El deleite para el lector está en vivir cómo el paisaje incide en los personajes, quienes van en un tránsito hacia la nada. Estos elementos se comunican vital e inteligentemente».

Universo literario

Según Nicolás Alvarado, crítico literario mexicano, el universo de González está perfectamente construido, dándole un especial énfasis a la naturaleza.

«Escribe libros de suspenso aunque no cuente con muchos asesinatos o mujeres fatales, radica en que desde el comienzo revela la trama, y lo intenso de su lectura está, no en la sorpresa, sino en la forma en cómo llegará al final adelantado», dice.

Da como ejemplo Primero estaba el mar, donde presenta al océano como el gran villano, donde todo se acaba, hasta la vida misma, excepto el mar.

«Sus obras, al menos las dos con las cuales se presenta oficialmente en México, son el tipo de obras que le permite una creación constante al lector, y eso lo invita a la relectura», finaliza Nicolás Alvarado.

Fuente:

El Colombiano, sección «Arte y Cultura», 29 de noviembre de 2007.