Dos libros y dos coletillas

Por Darío Valencia Restrepo

Fernando González. «Por haber tenido la osadía de “vivir a la enemiga” y desnudar vicios de comportamiento —intuyó con perspicacia que sus compatriotas no podrán encontrarse sino en “vientres vírgenes aún…”—, fue rudamente controvertido, desdeñado, silenciado. Pero es lo cierto que al descubrir fascinantes mundos interiores y expresar su verdad en un estilo diáfano, directo, denso y cautivante, dejó atrás una manera alambicada, metafórica y artificial de hacer literatura. Por ese camino nos introdujo en formas y métodos nuevos, originales y llenos de vitalidad, que van mostrando un camino individual, el de cada uno de nosotros, irrigado de sinceridad y perspectivas de futuro».

Así se expresa Javier Henao Hidrón al presentar su libro Fernando González, filósofo de la autenticidad, publicado por las Ediciones Otraparte que coordina Gustavo Restrepo Villa. Se trata de una obra que tuvo su primera edición en 1988 y que ahora llega en forma ampliada a la séptima, hecho insólito que muestra la acogida del público al trabajo biográfico de quien ha estudiado exhaustivamente los libros del maestro y tuvo la oportunidad muchas veces de dialogar con él. La obra se publica también con motivo de los 55 años del fallecimiento de Fernando González y la pronta inauguración del importante Parque Cultural Otraparte en terreno adyacente a la Casa Museo del mismo nombre.

Henao Hidrón ya había mostrado su facilidad para describir la vida y analizar la obra de destacados personajes, como lo pone de presente su libro Uribe Uribe y Gaitán, caudillos del pueblo, cuya segunda edición de 1988 estuvo a cargo de Editorial Temis. Publicación muy oportuna por tratarse de dos políticos cuyo conocimiento es indispensable para entender aspectos centrales de la historia de Colombia hacia fines del siglo XIX y en la primera mitad del siglo XX.

En los 19 capítulos de su libro sobre Fernando González, el autor se ocupa de aspectos biográficos, en una prosa castiza y de amena lectura, a la vez que en forma cronológica van surgiendo los libros asociados a ese recorrido vital. Algunos consideran que solo es filósofo aquel que desarrolla un «sistema», como señalan algunos germanófilos, o el que escribe para sus colegas o revistas especializadas. No. Hoy más que nunca se requiere escritores que piensen la realidad en profundidad, que enfrenten los grandes temas de su tiempo, y que estimulen la reflexión de seres comunes y corrientes que buscan respuestas a un mundo que se presenta caótico y pleno de incertidumbres. En este sentido, Fernando González es un filósofo y, sobre todo, uno que vivió auténtica e intensamente aquello que pregonaba.

Superinteligencia. Gran interés y preocupación han despertado los últimos desarrollos en Inteligencia Artificial (IA), por sus efectos sobre múltiples aspectos de la vida y el trabajo, pero una cosa es cierta: sus avances son imparables. A propósito de lo anterior, en 2016 se publicó la versión al español de un libro clave con el título Superinteligencia, caminos, peligros, estrategias, cuyo autor es Nick Bostrom y edición cargo de Teell Editorial.

El autor, profesor de la Facultad de Filosofía en la Universidad de Oxford, señala los actuales cinco caminos de investigación hacia la superinteligencia:

La IA, que requiere enorme capacidad de recursos computacionales si se desea seguir el proceso evolutivo que condujo a la inteligencia de nivel humano. Aquí se incluiría la promisoria máquina que aprende, muy exitosa recientemente porque aprendió a jugar ajedrez y go cuando solo se le suministraron las reglas básicas del juego; se comprobó que alcanzaron, mediante el enfrentamiento de partidas contra sí misma, niveles sobrehumanos de calidad.

Emulación completa del cerebro, la cual exigiría producir un software inteligente a partir del escaneo y modelado minucioso de la estructura computacional de un cerebro biológico. Sería como copiar la naturaleza.

Cognición biológica, que aspira a mejorar el funcionamiento de los cerebros biológicos. Una posibilidad serían las mejoras biomédicas con fármacos que se supone pueden mejorar la memoria, la concentración y la energía mental.

Interfaces cerebro ordenador, una especie de alianza entre el ser humano y el computador que, tal vez a partir de implantes, crearía un híbrido que aprovecharía las ventajas del computador en cuanto a memoria enorme y perfecta, cálculo rápido y preciso, y transmisión de datos por banda ancha.

Redes y organizaciones, con las cuales se considera la posibilidad de crear superinteligencia mediante un sistema compuesto por redes y organizaciones que unen las mentes humanas individuales entre sí y con artefactos y robots. El llamado crowd computing (multitudes que computan) va en esta dirección; se trata de distribuir el trabajo entre un gran número de seres humanos conectados por internet, con el fin de realizar un trabajo prácticamente prohibitivo para un solo computador.

Considera el autor del libro que la IA y la emulación completa del cerebro parecen ser las rutas que pueden llegar a la superinteligencia, aunque subsisten problemas y obstáculos. El progreso de la segunda ruta permitiría una opción más rápida hacia el punto de llegada: una IA con emulaciones parciales del cerebro.

Se destaca en el libro un aspecto amenazante. Empieza por referirse al lento aumento de las máquinas hacia la inteligencia humana, algo que algún día se alcanzará, aunque puede tomar mucho tiempo y es imposible saber la fecha de ese acontecimiento. Pero, a partir de ahí, se puede iniciar un proceso rapidísimo de las máquinas para llegar a la superinteligencia, lo que significaría que un colectivo de ellas dominaría completamente a la humanidad. Ese es el peligro y lo indicado es empezar a pensar desde ahora cómo no perder el control de esos artefactos.

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Venezuela. Es inhumano e ilegal lo que hacen Estados Unidos y el Reino Unido al secuestrar activos de Venezuela, absolutamente necesarios y casi única fuente para importar alimentos y medicinas. De modo que no es el gobierno de ese país el que se va a perjudicar, sino sus sufridos habitantes que verán empeorar la precaria situación que viven de tiempo atrás.

Hora 20. Este interesante programa de opinión tiene supuestamente como moderadora a la periodista Diana Calderón. Pero a ella no le gusta esa función pues prefiere ser protagonista, con una curiosa propiedad: cada vez que un panelista avanza en su exposición y está a punto de llegar al aspecto central, ella lo interrumpe.

Fuente:

Valencia Restrepo, Darío. «Dos libros y dos coletillas». El Mundo, Medellín, 14 de marzo de 2019, columna de opinión «Viaje del tiempo».