El canto del maestro

Colombia será escuela de trabajo.

Me daré todo a Ti, en ellos,
los niños, mañanas tibias de la Patria.

Los viejos serán niños porque Te verán;
sentados cabe dinteles y sombras de los árboles,
conversarán de los trabajos de los hombres
y darán consejos como frutos jugosos.
Sus bocas serán como panales.

Qué bellos los viejos, sentados
cabe dinteles y sombras de los árboles
¡aconsejando!

Qué bellos mis viejos
con sus bocas con todos los dientes
como granadas maduras,
o sin dientes,
pero sin vergüenza,
¡como Gandhi!

Yo no sé nada, pero Tú, Señor,
lo sabes todo y algo más.

Bendice, pues, este viejo tronco
¡en donde canta un cucarachero!

¡Acéptala, pues, la escuelita, Señor!
Acéptala en mí, que Tú no temes ni esperas;
sentado estás en Ti mismo;
nadie te puede dar ni quitar
y tu goce son los jóvenes
que tienen pelusa en la nuca.

Yo me doy a Ti en ellos,
los niños, mañanas tibias de la Patria.

Fernando González

Fuente:

Arengas políticas. Medellín, Universidad Pontificia Bolivariana, abril de 1997. Nueva Colección Rojo y Negro, vol. 2. Prólogo de Miguel Escobar Calle.