Carta a Alberto Aguirre

Otraparte, agosto 12/59
Mi amigo doctor Alb. Aguirre
Librería y editorial Aguirre
Medellín

¡Qué noche anoche! Clara, nítidamente vi que los nadaístas son etapa en mundos infernales que tendrá que vivir Suramérica. Luego le cuento o narraré cómo y qué vi anoche en mi angustia. Pero no es de la Intimidad el aprobarlos, alabarlos, mentarlos. Yo cometí el «delito» «inconciente» de querer rellenar esa nada, cuya motivación es la publicidad no más, con mundos sagrados… y cometí ese «delito inconcientemente» porque todos padecemos eso, somos eso… ¡Ay!

Luego le narraré más largamente. Todo esto se lo escribo para pedirle esto encarecidamente: que no publique, por Dios, lo que le di para la edición del HK-111 y que no vaya a darle copia a Gonzalo Arango, pues con eso que tan desagradablemente hicieron en El Espectador con mi boletica a Amílkar, estoy aterrado de que me pongan y pongan mi vivir solitario y el librito que tanto amo y que Ud. edita con tanto amor, como al lado de la «hoja del infierno de la publicidad» y de la dialéctica de para abajo.

Hasta que venga, que sus visitas son mi alegría.

Fernando González

El que no tenga remordimiento de sus actos, carece aún, en su vida de unos diez años… o en toda, de presencia superior…, es decir, está de para abajo… y como en todo hay dialéctica, los que viajan de para abajo tienen remordimientos de que no haya aplausos a sus «desafueros» o de que no haya cárcel, etc. Ese es el mundo de Eróstrato. Vale. Abrazos, F. G.

En El remordimiento está eso de que hay o puede haber remordimiento de no haber ejecutado un «acto malo». Vale. F. G.

Fuente:

Suplemento Dominical de El Colombiano. Medellín, sábado 23 de octubre de 1993. Ver, también, «Gonzalo Arango y el nadaísmo».