El Brujo: más allá
del bien y del mal

Por Camilo Giraldo

Dar un concepto sobre el Mago de Otraparte sería ir en contra del legado que nos regaló. Está más allá de cualquier concepto que se podría emitir, pues siempre tendemos a subjetivar nuestras opiniones. Su vida y su obra son una invitación a no buscar nada fuera de nosotros, a reencontrarnos con nuestra intimidad, gustando las cosas más elementales, a sentir esas “nimiedades trascendentales” en cada lugar, sin enturbiar con conceptos lo que debemos empezar a cultivar que es nuestra propia conciencia universal.

Más aún hoy en esta Colombia que tanto nos duele y que el Brujo percibió desde mucho tiempo atrás, tenemos que iniciar el proceso, el viaje a nuestro interior, es un viaje largo y doloroso por nuestro aletargado vivir actual, pero igualmente gratificante, siempre pensando en emitir juicios de valores sin antes habernos dado una vueltica por nuestra propia intimidad, mirarnos a nosotros mismos y saber que tenemos tantos Monstruos interiores, y que son los que siempre reflejamos al exterior, pero estoy seguro de que si nos miráramos más a menudo dentro de nosotros ya no tendríamos ninguna certidumbre moral para emitir ningún Concepto. Por eso González no deseó crear adeptos sino solitarios, y Solitarios no quiere decir Ermitaños ni nada parecido, sólo personas que se miran dentro de sí y reflejan su conciencia en actos, que van en ese proceso de el sintiendo, el padeciendo, lo cual los llevará al entendiendo, extractando el gusto de las cosas inocuas e insignificantes para llegar a “inteligenciar” y por último a “concienciar”.

Es hora de despertar, pero de despertar a nosotros mismos.

Fuente:

Camilo Giraldo, comunicación personal.