Lezione

Por Elkin Obregón

En mis tiempos de estudiante iba con alguna frecuencia a Otraparte, a disfrutar de Fernando González. Solíamos ser cuatro los visitantes, tres hombres y una linda damita (lo sigue siendo), la más inteligente de nosotros, la que más gozaba del aprecio del maestro. Pero esa es otra historia.

A unos 20 ó 30 metros de la casa grande había una casita de tapia, al parecer abandonada, pues allí no se veía entrar ni salir a nadie (hoy no existe, una caseta nueva limita un vivero). Un tiempo había sido, después lo supe, depósito de materiales, aperos de labranza. Sobre ella hay por cierto una deliciosa anécdota, que por desgracia no cabe en esta página.

Solíamos ir a Otraparte en las tardes. Una sola vez, no recuerdo la razón, nos atrevimos a caer allá una mañana. El maestro no pareció sorprenderse por el cambio de horario. Lucía fresco y animado. Y ese día decidió invitarnos a la casita misteriosa, que resultó ser una sola habitación, con una ventana al fondo, cuyas paredes estaban forradas de estanterías, repletas de libros del suelo hasta el techo. El maestro tomó al azar uno y otro tomo, todos viejos, muchos en otros idiomas, auscultando en ellos vivencias y recuerdos. Pero se detuvo más en uno, de Leopardi, y empezó a leernos en italiano poemas de aquel autor, tan ajeno a nuestros propios —y escasos— libros. Al rato comprendí que no habría traducción, que aquella voz emocionada que pronunciaba vocablos extraños estaba oficiando, sin más prólogos, el poema de aquel día, de muchos días. Creo que Fernando González no leyó para nosotros, o que, al menos, no fuimos allí otra cosa que ese público difuso que a veces requiere alguien para poder de veras estar solo. No entendí muchas palabras, por supuesto; pero, a cambio, pienso haber entendido en todas juntas un recado secreto. Un largo tiempo duró ese diálogo. Y fue mi primera y tal vez única lección de poesía.

CODA: La Casa Museo Otraparte es una institución ejemplar. Se da el lujo de estar viva, y no se detiene, es incesante promotora de veladas y eventos culturales. Creo que sus gestores tienen varios nuevos proyectos en su carpeta. Los llevarán a cabo, y seguirán con otros. Gente berraca.

Fuente:

Obregón S., Elkin. «Lezione». La Hoja de Medellín, edición 293, marzo de 2007, columna de opinión Desde Palinuro, p. 11. Publicado también en: Obregón, Elkin. Papeles seniles. Edición propia, marzo de 2011, p.p.: 22 – 23.