Presentación

Canciones en la mente

Septiembre 15 de 2011

“Canciones en la mente” de Esther Fleisacher

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Esther Fleisacher (Palmira, Valle, 1959). Narradora, poeta, editora y psicoanalista. Cuentos y poemas suyos han aparecido en diferentes periódicos, revistas, sitios virtuales y antologías. En su obra se destacan “Las tres pasas (y otras historias)” (Universidad de Antioquia, cuentos, 1999), “Cable a tierra” (2000), libro de poemas inédito, ganador de la Beca de Creación del Fondo Mixto para la promoción de la Cultura de Medellín, “La flor desfigurada” (Hombre Nuevo Editores, 2007), ganador de la VII Convocatoria Becas de Creación 2006, “La risa del sol” (Sílaba Editores, novela, 2011) y “Canciones en la mente” (poemas). Desde 1965 reside en la ciudad de Medellín.

Presentación de la
autora por Elkin Restrepo

Fondo Editorial Universidad Eafit

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Eduardo Peláez Vallejo

Esther Fleisacher

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La autora lo ha expresado siempre, el origen de sus composiciones está en una voz interior que de repente la urge y mueve a la escritura, evento común tanto a sus cuentos como a su poesía. No una imagen en particular, o una idea, o una palabra, como suele suceder con otros autores, sino “una voz”, y es esa voz, el tono de esa voz, sin imposturas ni artificios, pura, propia de quien medita y habla consigo misma, la que respalda la verdad de los poemas en Canciones en la mente.

Elkin Restrepo

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Poemas de
Esther Fleisacher

El sillón rojo

Nunca supe encontrar mi ciudad en el mapa
mi geografía fueron los muebles de casa.
El sillón rojo
donde acurrucada fingí dormir,
escuché a los mayores
y no entendí esas risas
que hacen eco en mis sueños.

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Extraviar las sombras

a José Manuel Arango

Solitarias lecturas en voz alta
un gesto nocturno
para extraviar las sombras.

Imperceptible
un mundo se instala en el mundo
un manto transparente cubre las montañas
una íntima entrega festeja la memoria.

Y todo se ve igual pero distinto
como el parque después de la lluvia.

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Designio secreto

a mi padre

I
El rostro sereno
las cobijas permitían tu contorno
sin el vaivén de la respiración.

¿Qué anhelo celeste se urdió íntimamente
develó el éxtasis de las tinieblas
y preferiste seguir durmiendo?

No hubo premoniciones
ni mariposas negras en el quicio de la puerta
ni desesperados aleteos contra la ventana.

Dormíamos desprevenidos sueños terrenales
tú cumplías un designio secreto.

Fuente:

Fleisacher, Esther. Canciones en la mente. Fondo Editorial Universidad Eafit, colección Acanto, Medellín, 2011.