Presentación

Gonzalo Arango

Perspectivas plurales

—14 de diciembre de 2020—

Portada del libro «Gonzalo Arango: perspectivas plurales» de Óscar Jairo González Hernández

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YouTube.com/CasaMuseoOtraparte

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Óscar Jairo González Hernández es ensayista, poeta y conferenciante. Estudió el pregrado de Filosofía y Letras en la Universidad Santo Tomás, el diplomado en Problemas y Perspectivas en Filosofía en el Instituto de Filosofía de la Universidad de Antioquia y la maestría en Comunicación en la Universidad de Medellín. Ha sido colaborador de los periódicos El Colombiano, El Espectador y El Mundo, así como de las revistas Universidad de Antioquia, Universidad de Medellín, El Misterio Eleusino, Interregno y El Innombrable. Fundó y coordinó en la Emisora Cultural de la Universidad de Antioquia los proyectos radiales «La mecánica celeste» y «La trompeta de Mercurio». Creó y coordinó el programa radial «Cabaret Voltaire» en la Universidad Eafit. Coordina el programa «Los Anillos de Saturno» (Frecuencia U.) y el taller «Los Campos Magnéticos (Observar, leer y escribir)» en la Facultad de Comunicación de la Universidad de Medellín. Es miembro de la planta de creación de la revista «Punto Seguido» y asesor literario de los grupos teatrales Colectivo Teatral Matacandelas, La Hora 25, Oficina Central de los Sueños, Teatro Elemental, Anamnésico Teatro y Teatro Escarlata. Ha publicado «La ciudad soñada» (compilación de textos sobre la ciudad), «Pincel de hierba» (a la manera del haikú), «La trompeta de Mercurio» (sobre el libro y la lectura), «En causa propia: Ernesto Volkening» (compilador), «Conversación y silencio» (entrevistas), «El libro del tratado de la melancolía», «Extimidad: gravitaciones de la luz», «Isóceles: invenciones y trayectos» (entrevistas), «De signos y fotones» (compilador), «Telos: poetas y poéticas» (compilador), «Las metamorfosis de Kafka» (compilador), «Gonzalo Arango: perspectivas plurales» (entrevistas) e «Incidentes y mediaciones sobre la luz mercurial» (compilador). Actualmente es profesor de Literatura, Estética e Historia del Arte en la Universidad de Medellín.

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Este libro, que hemos llamado Perspectivas plurales, busca propiciar, intencionalmente, una nueva relación crítica con el iniciador del movimiento nadaísta. Y para ello nos indicamos una tarea: llamar a participar a escritores de nuestro medio que desearan libremente intervenir en esta perspectiva plural, en la que podrían presentarnos lo que tendrían para decirse y decirnos sobre Gonzalo Arango en esa mediación y temperatura crítica que es resultado de su carácter y formación. Y, por ello, en este libro tenemos posiciones que están con él y otras que disienten de él y del nadaísmo.

Es un libro, pues, heteróclito, nada de consideraciones deterministas o determinadas, que nos indiquen una sola posición, sino que recurrimos a proponerlas con la libertad necesaria a cada uno de los escritores que hemos llamado a participar. Muestra plural, sin más. Muestra heteróclita, sin más, en la que intervienen y median Alexis García Ahumada, Armando Romero, Berenice Pineda Monsalve, Carlos Andrés Jaramillo, Carlos Patiño Millán, Claudia Arcila, David Eufrasio Guzmán, Freddy Téllez, Gustavo Restrepo Villa, Jesús María Riaza, John Saldarriaga, Juan Esteban Villegas Restrepo, Juan G. Ramírez, Juan Gil Blas, Juan José Escobar, Los Negacionistas, Luis Fayad, Luis Fernando Cuartas, María Helena Giraldo, Mauricio Arcila Arango, Mauricio Naranjo Restrepo, Omar Castillo, Pedro Arturo Estrada, Raúl Botero Torres, Rubén López Rodrigué y Zeuxis Vargas.

Óscar Jairo González Hernández

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Óscar Jairo González Hernández

Óscar Jairo González Hernández
Foto © Manuela Meneses Gil

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Cinco respuestas

¿Considera que la obra de Gonzalo Arango es totalmente de hoy y por qué, y desde dónde la considera de esa manera?

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Berenice Pineda Monsalve

(Poeta)

La poesía es atemporal, por eso la poesía de Gonzalo Arango es vigente, no en su manera estética, pero sí en su decir sincero. Porque la poesía de cualquier tiempo debe ser sincera, eso se nota en lo que nos identifica todavía de manera asincrónica, atemporal.

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Juan Esteban Villegas Restrepo

(Ensayista y profesor)

Claro que sí. El giro intimista que ha venido experimentando la literatura en los últimos años es algo en lo que Arango ya había comenzado a incursionar en textos suyos como Obra negra (1974). «El profeta» nos habla del miedo del hombre moderno, de su orfandad. De un mundo cada vez más triste y por ende peligroso.

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Omar Castillo

(Poeta, ensayista y editor)

En la obra de Gonzalo Arango se mantiene un aliento vital para el lector de hoy y fundamentalmente para los escritores de nuestros días tan proclives a las «correctas maneras» promovidas por la industria del consumo delirante y la información según estas «políticamente correctas maneras» de vivir, pues en la obra de Gonzalo Arango se encuentran reflexiones y nociones de un ser humano que no tuvo temor de asumir sus contradicciones, de vivir lo oscuro y lo luminoso de su experiencia vital y creativa, la suya es la obra de un poeta y un prosista atento a las magnitudes visibles y no visibles de una época que sigue siendo la nuestra. Empero, es necesario recordar cómo la permanencia de un autor y la de su obra literaria está ligada a la capacidad lectora de cada tiempo, a las vicisitudes azarosas que son figuradas en él como en un fresco cuarteado y que aun así no para de suceder en sus imaginarios de realidad y otredad.

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Juan José Escobar

(Poeta y fotógrafo)

No creo que sea totalmente de hoy, pero esa rebeldía que sostenía con la sociedad de su propia época, es necesaria ahora. Desafiar lo que se conoce como literatura, arte, lenguaje. En un entorno tan contaminado como lo son las ideas en una provincia como Medellín, proponer mundos novedosos, incluso arriesgarse a negar los anteriores, parece un desafío bastante curioso y quizá necesario. Lo más probable es que usarlo como referente rebelde y literario, puede ayudar (a algunos escritores) para acercarse a lo que sienten, lo que nace en ello como expresión. El modelo actual es muy frívolo, literariamente hablando. El uso del lenguaje, aunque puede parecer más intrépido, se siente solitario, sin rugir, pensado para una sociedad cansada, gastada. He allí donde una voz como la de Gonzalo Arango puede generar mayor fuerza, en especial si es la mirada del aventurero, buscando bailes y frutas exóticas lejos de la comodidad de sus borracheras citadinas.

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Juan G. Ramírez

(Poeta y ensayista)

Mi primer contacto con la obra de Gonzalo Arango sucedió allá por los lados de mi infancia. En un texto escolar de Español y literatura aparecía un fragmento de uno de sus poemas, con versos como: «El nadaísta es joven y resplandece de soledad», «es sensitivo como un gonococo esquizofrénico» (las palabras «gonococo» y «esquizofrénico» me eran desconocidas, por supuesto, y me llamó la atención que estuviesen emparentadas con la sensibilidad), «ruidoso como una carambola a las dos de la mañana» (imagen que salta a mi memoria cada vez que oigo un ruido). Cuento esto a modo de excusa, para afirmar que todo autor que se siga leyendo, citando, investigando, es contemporáneo. Cervantes es un autor de hoy, recién lo leí por primera vez, y el efecto que produjo en mí fue una emoción de hoy. Quiero decir: mi mente esta permeada por la ciencia, por la narrativa contemporánea, por la tecnología y por el cine, y difícilmente podré leer a Cervantes como lo hizo un lector de su época. Ahora cabe preguntar, ¿evaluamos a Gonzalo Arango por su aporte estético, o por su aporte a la vida más allá de las letras? Yo quiero apartarme del hecho meramente estético; no creo (espero equivocarme, siempre estoy equivocado) que Gonzalo Arango haya traído una ruptura en el verso, en las estructuras o en la resignificación del lenguaje. Y, sin embargo, rompió el espíritu de una época, y lo hizo, no desde un saber meramente intelectual, sino desde su condición de hombre «sensible como un gonococo esquizofrénico». Tenía una enorme sensibilidad por la vida y se valió aun del verso para expresarla, pero también en sus artículos donde habla de amor, de libertad, de política, del cuidado del ambiente, del cuidado de la vida, se puede ver a un hombre contemporáneo a todos los hombres.

Hoy, por ejemplo, mientras meditaba en Gonzalo Arango, en su obra, me di cuenta que por primera vez en mi vida era joven. Y esa juventud, esa actualidad, me la infundió esta obra que tiene la frescura de algo que sucede por primera vez. Y más allá del lenguaje de que se valió para pronunciarla, vuelven los temas sobre nosotros porque son siempre actuales. No es de extrañarse entonces que se le siga citando y celebrando. Yo también, de algún modo, tengo herencia de este movimiento, no de su estética ni de su postura anti intelectual, sino de la libertad de hablar y de pensar sin miedo a los inquisidores.

Fuente:

González Hernández, Óscar Jairo (compilador). Gonzalo Arango: perspectivas plurales. Editorial Ojo Mágico, Medellín, noviembre de 2020.