Fernando González

De la literatura
a la filosofía

Junio 22 de 2006

Jorge (hermano), Fernando y Ramiro (hijo) - Marsella, Francia, 1933.

Jorge (hermano), Fernando y Ramiro (hijo) – Marsella, Francia, 1933 – “Jorge recopiando los manuscritos de El Hermafrodita dormido”.

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Con la participación de Santiago Aristizábal Montoya (Medellín, 1978). Licenciado en filosofía y letras de la Universidad Santo Tomás de Bogotá (2001), con una monografía de investigación sobre el concepto de filosofía en Fernando González, calificada como meritoria, y teólogo de la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma (2004), donde recibió la distinción Summa cum laude. Se ha desempeñado como docente de literatura y filosofía en los colegios Calasanz de Bogotá y Medellín, y actualmente como profesor de ética en el Colegio San Ignacio de Loyola. Participa en Otraparte en el grupo de estudio dirigido por Alberto Restrepo González sobre la filosofía en Fernando González. Ha publicado “Reflejos de la conciencia del ser del hombre latinoamericano en la trilogía del poeta Álvaro Mutis” (Cuadernos de filosofía latinoamericana, Julio – Diciembre de 1999, Universidad Santo Tomás, Bogotá) y “El concepto de filosofía en el pensamiento de Fernando González” (Analecta calasanctiana, Enero – Diciembre de 2004, Orden de las Escuelas Pías, Madrid, España).

Santiago leerá su ensayo “Fernando González: De la literatura a la filosofía”, escrito especialmente para la serie de conferencias “Fernando González o el loco deseo de ser verídico” que organizaron en mayo de este año los estudiantes de la Universidad de Antioquia que dirigen la revista de filosofía “Versiones”.

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Presentación

Fernando González fue un pensador sui generis en cuanto al modo de crear sus conceptos filosóficos. Su proyecto de una metafísica vivencial, es decir, de una filosofía que no fuera pura conceptualización académica sino un intento de autoexpresión capaz de llegar hasta la raíz misma de su Intimidad, lo obligaba a partir siempre de su propia materia existencial, tratando de captar, por medio de formas literarias (en buena medida también originales), su mundo vivencial, sus movimientos pasionales y sus procesos de concienciación. En este viaje hacia la Intimidad, que es un viaje de las variopintas y aparentemente contradictorias manifestaciones de la vida hacia la Vida unitotal, el vehículo privilegiado es la literatura, pero una expresión literaria que imperceptiblemente va tornándose en filosofía. En esta conferencia pretendo traer a la luz el modo como se da el paso de la expresión literaria a la construcción de conceptos filosóficos, exponiendo fundamentalmente tres aspectos:

  • Mecanismos literarios usados por Fernando González
  • Función de lo literario en la filosofía gonzaliana
  • Construcción del filosofar de Fernando González

Finalmente, esta aproximación hermenéutica a la compleja hibridación de literatura y filosofía en la obra de González pretende ofrecer una clave de lectura que dé acceso a sentidos cada vez más íntimos de su pensamiento.

Santiago Aristizábal Montoya

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Fernando González

De la literatura
a la filosofía

—Primera parte—

A vosotros, amigos míos, mi
sombra os oculta mis pensamientos.

Fernando González

Por Santiago Aristizábal Montoya

Con estas palabras enigmáticas abría Fernando González sus reflexiones filosóficas juveniles en Pensamientos de un viejo, asumiendo de entrada que sus contemporáneos no serían capaces de comprenderlo. Y tenía razón al suponerlo. González fue con frecuencia malinterpretado en Colombia: acusado de ateo, impío y pervertidor de la juventud por las huestes conservadoras; tildado de fascista y, sin embargo, expulsado de Italia por Mussolini; vilipendiado como literato y despreciado como filósofo. Pero no quiero satanizar a estos desafortunados intérpretes. Hay una dificultad real para la comprensión de la obra de Fernando González que podría excusarlos: ese estilo híbrido y vivencial, que impide una lectura lineal de sus textos. Hablo de “hibridación” refiriéndome a la particular fusión de literatura y filosofía que caracteriza la obra gonzaliana, y la llamo “vivencial” no sólo porque las creaciones de González están enraizadas en sus experiencias vitales, sino porque en buena medida no son más que un análisis acucioso de las vivencias. Ambos rasgos están intrínsecamente conectados: es una obra filosófico-literaria para poder ser vivencial y es vivencial y literaria porque sólo así puede ser verdadera filosofía, según entiende Fernando González la tarea del filósofo. A lo largo de esta conferencia pretendo mostrar qué función desempeña el elemento literario en la construcción del filosofar gonzaliano como mecanismo idóneo para captar filosóficamente la Vida.

La última página escrita por Fernando González, el 16 de febrero de 1964, decía:

… Pero fundaré el seminario nuevo, el seminario en que los textos de Teología sean los mismos seminaristas… ¿Libros? Si los libros son muertos, mientras que los seminaristas son moribundos en Dios… ¡El libro es la agonía que cada uno es!

No tendré la ingenuidad de creer que el día de su muerte quiso González dejarnos en una frase lapidaria la clave del acertijo de su obra; sin embargo, en este último escrito, aparece hermosamente expresada una idea que recorre todo su pensamiento: “El libro es la agonía que cada uno es”. Los libros, para nosotros, avezados a las letras y a la filosofía, son el lugar donde imaginamos que se encontrará la verdad; de hecho, para la mayoría de nosotros, la idea de buscar la verdad está asociada con la idea de leer libros, enterarnos de lo que han dicho los grandes maestros y discutir con sus argumentaciones. Fernando González, en cambio, afirma que la verdad debe ser buscada en la agonía de las vivencias, y para ello será necesario captar al viviente. Pero para que sea una genuina búsqueda de la verdad, la captación de la agonía debe hacerse con rigor, con método. La pregunta, entonces, es ¿cómo transformar la vida de un hombre en “libro de estudio”, sin falsificarla? Es aquí donde la literatura (o, al menos, una manera literaria de filosofar) entra en ayuda del filósofo. Observemos dos de esos procedimientos, híbridos de filosofía y literatura, que le permiten a González hacer esta apropiación: el análisis vivencial y el método emocional.

Nota:

Ver el texto completo de esta conferencia en la sección Vida de Otraparte.org.