Conversación

Lectura de Viaje a pie
desde el camino

Decimotercera versión

Enero de 2021

—12 de febrero de 2021—

Ángela María Palacio, participante del proyecto «Lectura del Viaje a pie desde el camino» 2021

Ángela María Palacio

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Ver grabación del evento:

YouTube.com/CasaMuseoOtraparte

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Quiso el destino que el deseo y las conjeturas de Fernando González Ochoa se cumplieran. Las lectoras lejanas, a quienes invoca en sus libros, ya no son pocas. En esta última versión del «Viaje a pie» desde el camino nos acompañaron damas de entre los 20 y los 73 años de edad, y nos dejaron «productos desde sus diferentes artes». En consecuencia, ellas serán las protagonistas principales durante este nuevo encuentro de Literatura en Otraparte, donde nos presentarán sus testimonios y visiones de la travesía 2021.

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Camineriacolombia.com

Fotografías de los viajeros a pie 2021

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El Viaje a pie es un «reto para
el cuerpo, la mente y el espíritu»

En medio de este momento histórico de pandemia, me sentí afortunada de abrazar con mis ojos la belleza sobrenatural que está tan cerca de cada camino que elegimos, pero que muchas veces nos negamos a ver.

Este fue un llamado a conquistar las montañas de la duda, las mismas que se erigen en nuestro interior y nos llevan a pensar «algo no está bien en ti, no es el momento, no puedes hacerlo, no es para ti, no tienes lo que se necesita». Yo descubrí que la mente te da la fuerza en los pies y las piernas, que el cuerpo te hace creer siempre capaz y que el espíritu te hace latir el corazón de emoción para revelarte que todos estamos hechos para ir más lejos, más alto y disfrutar de los paisajes que solo se pueden ver cuando lo intentas.

No puedo dejar de mencionar que la comida y el líquido son fundamentales para mantener al día el cuerpo, la mente y el espíritu. Comer bien, cuando está en tus manos hacerlo, es un acto de bondad contigo mismo y una responsabilidad cuando decides emprender el viaje.

Podría decir que en este camino el cuerpo te lleva, la mente te mantiene en la ruta, pero el espíritu te permite sonreír a pesar del dolor, a pesar de todo.

¡Lo que tú eres es suficiente, solo necesitas movimiento!

Alexandra Pérez Idárraga
Nutricionista, dietista y caminante

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Don Benjamín Correa - Ilustración © Daniel Gómez Henao

Don Benjamín Correa
Ilustración © Daniel Gómez Henao

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Viajamos de noche, tristes, atormentados ante la idea de la muerte. Teníamos miedo. ¿Por qué tiene miedo don Benjamín? Para averiguarlo buscamos la oscuridad, reminiscencia de la penumbra en que estaba el confesionario del padre Cerón. En la oscuridad se examina mejor el alma.

Nos miramos por dentro y vimos allí confusos sueños, formas de amor, ansias de riqueza y miedo a la muerte.

La tierra está cubierta con la obra del hombre: cultivada casi toda como un jardín; cruzada por caminos suaves por donde circulan la riqueza y el hombre mismo llevados por la rueda, el invento de Teramenes; el agua del mar convertida en un camino; cubierta de templos para adorar y conseguir la amistad de la fuerza oculta; cubierta de fábricas para embellecerlo todo… ¡La cáscara terrestre está labrada por el hombre!

Nos miramos por dentro en el camino solitario y oscuro y pensamos que esta labor sólo es humana, pues ningún animal hace otro trabajo que el momentáneo ordenado por su instinto.

¿Qué vimos en nuestras almas? Que son tres los motivos de esta inmensa obra; que en nosotros hay hambre, amor y miedo. Todos sus trabajos los ha ejecutado el hombre debido a estas tres causas; todo su desenvolvimiento es motivado por ellas.

Fernando González

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Participantes del proyecto «Lectura del Viaje a pie desde el camino» 2021

Participantes del proyecto «Lectura del Viaje a pie desde el camino» 2021

Participantes del proyecto «Lectura del Viaje a pie desde el camino» 2021

Caminando en nuestro Viaje a pie construimos nuestro camino. Nuestra realidad y la sombra que llevamos a cuestas dejan su huella en cada uno de nuestros pasos. Cada gota de sudor, cada exhalación, nos autodescubre en el fango del camino. Cada ser maravilloso, cada espacio sensible, cada grito extraordinario queda impregnando de nuestro aliento, de nuestro miedo, de nuestra sombra.

Nuestros caminos difíciles, ásperos, agrestes, fragosos, fangosos y más fragosos, trópicos salvajes, incultos, laberintos indomables, agrestes, mucho más agrestes para los pies del viajero, duros para los pies delicados del esclavo moderno, sedentario, hiperconectado, encerrado, hipertorturado, cada vez más enredado en su propio abismo.

Caminamos bajo el viento, el calor y la lluvia, y el camino nos enseñó a amar nuestra sombra.

José Lubín Torres Orozco