Un Otraparte siempre vital

Por Natalia Villa

Las sillas rojas están organizadas en la gran sala de la casa. Sobre una escalera de aluminio, en la puerta de entrada, está puesto cuidadosamente el videobeam y en la pantalla blanca, justo al frente de las sillas, se proyectan las sombras expectantes de algunos jóvenes y otros no tanto que van llegando a sentarse.

Dos lámparas de cristal cuelgan del techo de vigas de madera y sobre un antiguo mueble reposa el busto de Fernando González, que parece sonreír al ver todo lo que ahora es Otraparte, su casa, la que tanto amó en Envigado y en la que hoy, además de sus recuerdos, la literatura y la filosofía, es habitada por personas que quieren hacer de ella un centro cultural para el municipio y el valle de Aburrá.

La película del miércoles

Son las ocho de la noche y una campana suena para anunciar que la película de hoy está a punto de comenzar.

Las luces se apagan y la pantalla se torna azul. Ahora sólo se proyecta la sombra de un hombre delgado, de pelo largo y una incipiente barba, que se para frente al público y con el seño un poco fruncido y una voz suave, comienza a relatar la sinopsis de la película que escogió para hoy.

Su nombre es Sergio Restrepo Jaramillo, de 29 años de edad. De esos que sueñan con cambiar conciencias, regalar cultura y poner a pensar a las personas y a los jóvenes en algo más que los conflictos armados y sociales en los que está sumido el país.

Este envigadeño creó Cine Móvil, en compañía de Laura Cardona, una amiga con la que comparte su pasión por el séptimo arte.

Cine Móvil nació para seguir el sueño de Eladio Cañas. Amigo asesinado. Él llevaba el cine a las personas y lo proyectaba gratis en varios escenarios de Envigado y el valle de Aburrá.

Así lo han continuado sus herederos durante año y medio, cada miércoles proyectan películas de todas partes del mundo, viejas y nuevas, graciosas o dramáticas, en lugares como Otraparte y el pasaje peatonal de la Alcaldía de Envigado.

Pero no sólo es cine lo que puede apreciarse en la hermosa casa campestre, ubicada a la entrada de Envigado, por la avenida El Poblado.

La que fue la casa de Fernando González se ha convertido desde hace cuatro años en un lugar de encuentro para los estudiosos del filósofo envigadeño y para quienes disfrutan de la literatura y la música.

Además de los miércoles de cine, los jueves están dedicados a tertulias literarias con escritores inéditos y ya consagrados y los viernes están dedicados a conciertos de música que van desde el rock hasta la clásica.

El proyecto de reabrir Otraparte y hacer de ella un sitio ideal para la cultura se llevó a cabo después de mucho trabajo por parte de la familia del maestro, sus estudiosos, Restrepo y sus amigos. Ellos lograron que la Alcaldía de Envigado les diera en comodato la casa museo.

Aunque hoy hagan muchas cosas en ella, la idea de los «Amigos de Otraparte» y la Corporación Fernando González, de la que Restrepo es Director Cultural, es crear allí el Parque Cultural Otraparte.

Éste será un gran centro cultural con teatro, una biblioteca, un café-tertulia y un bosque para pensar en voz alta y, tal vez, ver cine al aire libre.

Premio al equipo de Otraparte

La Web personal Gonzaloarango.com, creada por Gustavo Restrepo, Director Ejecutivo de Otraparte, fue premiada como la Mejor Web Personal por la Cámara Colombiana de Informática y Telecomunicaciones (CCIT).

El reconocimiento fue entregado el pasado 10 de noviembre en Maloka, Bogotá.

Donde Restrepo se quedó con el primer lugar por encima de las páginas Cesarpuertas.com y Fabianramirez.cbj.net.

La Web destaca la vida y obra del poeta antioqueño Gonzalo Arango, a través de fotografías, relatos de diversos autores y escritos del vate.

A la hora de otorgar el premio, el jurado tuvo en cuenta: contenido, estructura y navegación; diseño gráfico, funcionalidad e interactividad de la página.

Hace cuatro años Restrepo también había recibido este reconocimiento con el portal Otraparte.org, donde destaca la vida y obra del filósofo Fernando González.

Fuente:

El Tiempo, sección «Nación», martes 20 de diciembre de 2005.