El Derecho a No Obedecer

Empoderar ciudadanos para
transformar la sociedad

Un movimiento ciudadano que tendrá presencia en cuatro urbes colombianas —Medellín, Bogotá, Cali y Cúcuta— tiene como objetivo promover la movilización ciudadana y las estrategias históricas que han logrado cambios en sus sociedades.

Por LA Network

Distintos colectivos ciudadanos con la participación de la Corporación Otraparte, la Fundación Buena Nota y el apoyo de la Fundación Internacional Open Society, se han unido para crear el proyecto El Derecho a No Obedecer, que buscará llevar a su máxima expresión la participación ciudadana ya que “con la participación ciudadana podemos lograr construir un modelo de gobernanza que sea abierto y participativo, mucho más de lo que es ahora”, indicó Maira Duque, activista y una de las integrantes del nuevo movimiento.

El proyecto, que lleva el nombre de la tesis de grado del filósofo colombiano Fernando González —en quién está inspirado el trabajo de la Corporación Otraparte—, nace en Medellín y según Duque debido a que, si bien en esta ciudad y en otras, existen diferentes espacios de participación ciudadana, “al final, los tomadores de decisiones terminan por no tomar en cuenta esa voz ciudadana”.

Con El Derecho a No Obedecer que también estará presente en las ciudades de Cúcuta, Bogotá y Cali, se quiere además “explorar como sociedad soluciones diferentes, diferentes esquemas de pensamiento para ayudarnos a enfrentar los problemas que tenemos hoy y a través de la participación ciudadana construir ciudades que sean más inclusivas”, expuso Duque en el espacio de presentación de la iniciativa en la Casa Museo Otraparte, en Envigado, al sur de Medellín.

Gestionar herramientas —y buscar nuevas formas— de incidencia ciudadana en las políticas públicas; consolidar y fortalecer redes y esquemas para la movilización ciudadana que potencien el debate nacional y generar permanentes espacios de interlocución entre ciudadanos y gobernantes para que estos últimos acojan, de manera estructural, las propuestas ciudadanas, son objetivos de El Derecho a No Obedecer.

Estrategias innovadoras para aumentar la influencia ciudadana

Partiendo de un triángulo temático fundamental integrado por la Seguridad y la Convivencia, la Sostenibilidad Urbana y la Participación Ciudadana y la Protesta, no dejan de llamar la atención las estrategias de El Derecho a No Obedecer y que según Duque, tiene su espíritu —guardadas algunas reservas conceptuales— en la desobediencia civil.

La primera estrategia del proyecto colombiano es nada menos que una academia para la movilización. Se trata de la Escuela para vivir a la enemiga y se constituye en el principal articulador de todo el proyecto, ya que se trata de estudiar y aprender a través de la historia, de todas aquellas experiencias de movilización que han logrado transformaciones sociales.

“Vamos a construir una especie de diplomado para explorar los movimientos sociales que han venido a contracorriente y han desobedecido. El diplomado será presencial en Medellín y virtual en las demás ciudades del proyecto”, indicó la activista Maira Duque quien cobrará renombre por participar del teñido con colorantes vegetales de cuatro importantes fuentes públicas de agua de Medellín, en una acción simbólica de protesta frente a los homicidios en su ciudad.

El apoyo decidido, incluso financiero, a la movilización ciudadana será la segunda estrategia de El Derecho a No Obedecer. Según Duque, se establecerá un fondo que sustentará las propuestas de movilización que estén acordes con el espíritu —de desobediencia— del proyecto de ciudadanía activa.

Este segundo componente estratégico será además el escenario en 2019 —cuando se realizan las elecciones locales en las ciudades de Colombia (gobernadores, alcaldes, diputados y concejales)— para la creación de foros ciudadanos en los que se expongan los problemas de los ciudadanos y los precandidatos a estos cargos de elección, los conozcan y “sepan hacia dónde quieren ir nuestras ciudades”.

La siguiente estrategia es la creación de distintos espacios —formales e informales, dice Duque—, en los que se pongan sobre la mesa distintas propuestas de movilización que sean acompañadas por El Derecho a No Obedecer tanto con metodologías y tácticas que permitan “mejorar la incidencia de los procesos, algunos serán políticos y otros solo críticos”, explicó la activista.

Por último, en la estrategia de Propuestas Ciudadanas y basados en la plataforma Vota Inteligente (proyecto de la organización civil chilena Ciudadano Inteligente), el colectivo montará una herramienta similar. En ella los ciudadanos pueden subir sus propuestas para transformar sus ciudades de acuerdo con los problemas que consideren importantes para ellos. Una vez allí, y con un perfil creado previamente, los candidatos podrán acceder a la información e incluirla en los planes de desarrollo futuros.

Para Duque, cada una de las ciudades en las que estará presente el proyecto El Derecho a No Obedecer tiene unas problemáticas particulares en las que el colectivo de ciudadanos y organizaciones espera contribuir a solucionar, con base en la participación ciudadana, en los procesos de construcción de un gobierno abierto.

Fuente:

Anónimo. “El Derecho a No Obedecer: empoderar ciudadanos para transformar la sociedad”. LA Network, 29 de junio de 2018.