Pensamientos varios 2

Lo primero es conocerse, y lo segundo, cultivarse. Nuestra individualidad es nuestro huerto, y la personalidad es nuestro fruto. Individualidad es la obra posible que está en cada hombre en forma de instintos, facilidades, habilidades, tendencias; todo ello proviene de la raza, el medio, la sociedad. Individualidad es lo que está encerrado en nosotros y que puede manifestarse o no, así como en la envoltura del capullo está la semilla, el árbol y los frutos.

Los negroides

No aspiremos a ser otros; seamos lo que somos, enérgicamente. Somos tan importantes como cualquiera en la armonía del universo. Todos los seres pueden ser igualmente hermosos.

Viaje a pie

Yo, señores, conocí al padre Elías, que usaba un pequeño sombrero; era un gorrito sobre su gran cabeza. Fue la primera vez en que vi cómo una prenda de vestir, fea de suyo, se hacía bella por la personalidad. El alma del padre Elías irrigaba el sombrero, echaba raíces en el sombrero. ¡Cuán bello iba el jesuita! Sentí deseo de usar un sombrero así… ¡Terrible error que todos cometemos! Lo bello es la individualidad, el soplo divino que al manifestarse por modos propios embellece todo lo exterior.

Don Mirócletes

Cuando un joven comprende que el secreto no está en lo que haga, en lo que diga, en el vestido, etc., sino en la energía interior, está maduro para la filosofía.

Don Mirócletes

Esta mañana bajé muy temprano y la Toní me sirvió el café en la mesita trípode, al lado del plátano, y tenía una terrible pugnacidad en las caderas, y los ojos afelpados. La miré, mientras se retiraba, y le dije al Señor: ¡Sácame consumido, que no quiero volver a la Tierra, lugar de ilusiones!

Salomé

Tengo 38 años y sufro aún mucho a causa de los frutos terrestres, tan tibios, tan pasajeros, tan desfachatados. El único refugio es indudablemente el espíritu…

Salomé

Oiré la voz y obedeceré. ¡Estaré atento y abierto! A las puertas de mi ausencia está llamando la Verdad y la Vida. Tendré encendida mi lamparilla, el entendiendo.

Las cartas de Ripol

Estoy resuelto a seguir a Dios: la voz íntima, a pesar de las tentaciones. Cuando oiga la voz claramente no seré tentado. Estoy decidido a morir, a desnudarme hasta que oiga la voz que me subyugará: que la Voluntad que se manifiesta en el universo me guíe.

Salomé

¡Los libros! ¿Para qué comprar otro, si no he realizado en mí el que ahora tengo? Hay que realizar los libros, realizar en uno todo el universo.

Mi Simón Bolívar

Uno de los mayores bienes es la soledad, pero huimos de ella.

Los negroides

El “miedo a la muerte” es en proporción a lo muertos que seamos, a nuestra nada.

La tragicomedia del padre Elías y Martina la velera

Gozo con los ojos, como si detrás de ellos estuviera un algo misterioso, la conciencia.

Mi Simón Bolívar

Vivir abrasados en amor por esta maravilla que es existir. ¡Medítese bien! ¡Existir! ¡Ser centro del Universo! Es que la gente no se da cuenta, no actualiza este hecho esencial.

Los negroides

La Vida no está sometida a vuestras lógicas; sino que las lógicas las abstraéis mentalmente de la Vida. Y con vuestras lógicas pensáis mundos y pretendéis poner esos mundos a tapar la Vida, y perdéis vuestras vidas.

La tragicomedia del padre Elías y Martina la velera

Dios no es objeto de conocimiento conceptual ni literario, sino de conocimiento vivo.

Libro de los viajes o de las presencias

1. Todos vosotros estáis llenos de prejuicios heredados o impuestos. Estos prejuicios son términos, proposiciones y juicios hechos, vividos antaño con sentido, pero legados y tenidos como ídolos: cascarones o formas vacías. Con eso cubrís vuestras vivencias y os tapáis, y así vivís inútilmente; morís como nacéis. Lo primero es descomponer en sentimientos y emociones las proposiciones, juicios y términos con que engañosamente tapamos lo vivo en nosotros.

2. El librar de vocablos, proposiciones y juicios hechos sin vida ya, es la tarea más difícil para el maestro de sabiduría. Mientras esté en la conceptualidad muerta, el hombre no vive. Y muere sin haber vivido. Al despachurrar esos cascarones y obligar a cada cual a expresar lo que está viviendo, con absoluta honradez religiosa, se hace la misma obra que transplantar las plantitas del almácigo. Entonces se les dice: Ahora, coge tu Cruz (tu vida tuya) y sígueme hacia la Intimidad. Este es el período de la vida filosófica que llamo Desnudarse y Darse.

3. Amar, por sobre todas las cosas, a eso que se siente, se vive, a cada instante; y no mentir nunca, ni ocultarse a la mirada de la conciencia: eso es, a Dios en ti. Y así, estar alertas a toda hora, reverentes ante la Presencia.

4. Una vez confesada una vivencia con honradez absoluta se presiente la Intimidad: Dios en nosotros.

5. Y brota un amor nuevo, irresistible y en aumento, a la Intimidad entrevista y que tiene fuerza creadora infinita.

Libro de los viajes o de las presencias

Don Simón Bolívar estuvo montado a caballo durante treinta años, dedicado únicamente a la creación de hombres y de patrias… y en la autopsia encontraron que sus nalgas se habían convertido en dos callosidades. ¡Cuán hermosa, en este sentido, la vejez! Debe ella consistir en un cuerpo destrozado por la acción; en una gran luz interna; en una conciencia dilatada entre un cuerpo arrugado y terroso. Por dentro está el fruto de la acción y en el cuerpo la prueba de que se ha vivido.

Mi Simón Bolívar

Y, finalmente, la única lección de esta Tragicomedia es:

No lo busques ni en este librito ni en ningún otro. Lo hallarás en ti mismo. El es lo más cercano de tí, lector; es más cercano que tu yo; pero es lo más lejano de tí, a causa de tu yo. Búscalo, muriendo:

¡Leve cadáver en insomne vida!

La tragicomedia del padre Elías y Martina la velera

Amo a Dios: luz, forma, todas las ideas. ¡Oh, único, muchacha de las muchachas, árbol de los árboles, mar de los mares! ¡Oh Tú, el ejemplar, Tú, el que no eres sino bueno! ¡Ven y sácame, porque corro desolado!

¡Ábreme, porque estoy tocando a todas las puertas! ¡Ven, que ya me estoy muriendo de amor! ¿Eres Tú, Señor, el que te mueves así en el cuerpo de la Toní? Sí. Eres Tú, que estás jugando conmigo y ya me matas. ¡Déjate coger! ¡Déjate ya de guiños y símbolos! ¿Eres Tú el que te manifiestas en ramas, en brazos retorcidos, en esta ceiba? Déjame poseer todas las formas, todas las maneras, todas las urgencias, todas las curvas, todos los pechos indiciales, y promesas y realidades, porque si no…¿qué haré con mi amor que no quiere una sola muchacha, ni un solo árbol, ni una sola agua? ¡Ven, Tú, el ejemplar, y tápame! Tápame Tú, porque no acepto bellezas en comodato, ni copias; quiero poseerte a ti, que no mueres ni enfermas. Quiero amar al que no envejece, al que tiene siempre dientes juveniles; quiero amarte a ti, Señor, eterna y perfecta juventud. ¡Dame, pues, el pecho ejemplar, matriz de todos los pechos; los ojos, dechado de todos los ojos; la curva perfecta; la turgencia modelo! Dáteme, Señor, pronto, porque voy detrás de las muchachas, árboles, luces y sombras, y no me satisfacen sino que me dirigen a ti, me dan tu dirección… y ya estoy desfallecido de buscarte.

El remordimiento

Fuerza divina es la vida, y cuando un hombre es constante y no se dilapida en múltiples deseos, vicios y pasiones, tal fuerza parece milagrosa en sus resultados. Todos nosotros tenemos la fuerza divina: llama vacilante en todos, a causa de falta de unidad en los deseos y de agotamiento en los vicios. El triunfo es de quien desea una sola cosa y está resuelto a pagar el precio de ella, a dar la vida, sin vacilar un segundo.

El Hermafrodita dormido

El individuo, al auto-expresarse, se acerca al Espíritu, pues se va desnudando, va perdiendo la vanidad.

Los negroides

A la Intimidad la hallarás en ti mismo, en la perfecta muerte de tu vanidad.

Libro de los viajes o de las presencias

El valor de una existencia se mide por el grado de desnudez íntima que resultó de ella.

Libro de los viajes o de las presencias

La única condición, la sine qua non, es la verdad, que cada uno se monte en su Rocinante propio. Y el que lo hiciere es igual al que vaya montado en el mejor caballo, porque el mejor caballo para este viaje es la honradez absoluta consigo mismo.

Libro de los viajes o de las presencias

El tiempo se siente como un tesoro invaluable que malgastamos siempre. El punto álgido de la agonía, cuando ya vamos a expirar, es eso: vivencia nítida y única de no haber aprovechado el tiempo para la Intimidad: “lo malgasté” es la última, cruelísima vivencia. ¿Qué hiciste de tu tiempo, de esa oportunidad única para concienzarte?

Libro de los viajes o de las presencias

No busques “otra vida”. La Vida es única. Otra vida es creación de tu apariencia. Vive netamente lo que eres. Paladea, gusta, padece, digiere tu representación de cada momento y estarás en la Intimidad. Que tu religión sea: amor y asombro en tu vivencia de cada instante.

Libro de los viajes o de las presencias

Fernando González

Fuente:

Fernando González, Colección Algunas Verdades, Editorial Colina, Medellín, 1996, pp.113 – 118. Recopilación por Luis Eduardo Yepes.