«Otraparte.org» y
los lectores lejanos

Por Ernesto Ochoa Moreno

El premio a Gustavo Restrepo Villa por su página web «Otraparte.org», concedido a principios de la semana por la Cámara Colombiana de Informática y Telecomunicaciones (CCIT), es mucho más que el reconocimiento que se hace a la iniciativa, el trabajo infatigable y la pasión con que el joven antropólogo antioqueño ha ido construyendo, día a día, la página en internet sobre Fernando González Ochoa. Es también, como lo sabemos quienes conocemos el espíritu que alienta a Gustavo Restrepo, un inesperado clamor, llegado desde ese mundo sin límites de la informática, para que Colombia se reencuentre, de una vez por todas, con el mensaje y la filosofía del escritor envigadeño. Tan inédito todavía, tan desconocido todavía, tan pretermitido todavía. Pero siempre tan inquietante y tan provocador.

Cuando el filósofo de Otraparte dijo que escribía para lectores lejanos, tal vez nunca se imaginó que muchos de esos lectores lejanos iban a tener acceso a su pensamiento por medio del internet. Ni que iba a ser una página web la escuelita viva que él soñaba para impartir su filosofía, ni iban a sentarse a conversar con él, en pleno silencio y solitariedad, esos miles de visitantes que a lo largo de estos años han golpeado el click que les permite apacentar el espíritu a la sombra de los árboles de Otraparte. Ni que cuando él dijo que «no creaba discípulos, sino solitarios», se refería de pronto a ellos, porque ningún ser tan solitario como un cibernauta. ¿No han pensado ustedes en eso, que no hay ser más solitario que alguien sentado frente a un computador, y más si se adentra sin amarras en el mar infinito del internet?

Habría que estudiar, por mera curiosidad, cómo se encuadra la cultura de la informática y el conocimiento que con ella se adquiere, en la filosofía de Fernando González. Si el computador ayuda a eso de concienciarse, de que habla el filósofo antioqueño; en qué nivel de conciencia, según su concienciómetro, se ubica este mundo sin fronteras del internet. Si es apenas un instrumento de la conciencia en sus niveles bajos: fisiológica, familiar, cívica, según su terminología, o aúpa a los niveles de la conciencia universal y cósmica. Intuyo que sería un buen análisis este que propongo, pero habría que dejarlo para más lentas reflexiones.

Lo cierto, volviendo al caso, es que la página web de Gustavo Restrepo se inaugura como un paso certero y decisivo en la salvaguardia del legado del maestro de Otraparte. Un legado que ahora, tras la muerte de su hijo, Fernando González Restrepo, la familia del escritor busca apoyar con solidez en una Corporación que propicie la divulgación de su pensamiento y, sobre todo, que permita a las nuevas generaciones descubrir y vivir toda la riqueza de una obra y una filosofía a las que Colombia se ha empecinado en dar la espalda.

Otraparte, la casa de Fernando González, es un silencioso y acallado latido en pleno corazón de Envigado, que puja por revitalización y plenitud. Y es que Envigado tiene, como ningún otro municipio del país, el privilegio de convertirse en centro de ese mundo vital, hondo, inexplorado todavía, que dejó Fernando González. Escuela de vitalidad, de autenticidad, de pugnaz amor por la verdad, donde sea espontánea la osadía de pensar y de vivir.

Algún día será. Mientras tanto, para viajeros a pie por las obras y el pensamiento del filósofo antioqueño, la página «Otraparte.org» de Gustavo Restrepo seguirá siendo un recodo para el reencuentro. Para la solitaria aventura de los viajes y de las presencias. Ese es el verdadero premio.

Fuente:

Ochoa Moreno, Ernesto. «“Otraparte.org” y los lectores lejanos». Periódico El Colombiano, columna de opinión Bajo las ceibas, Medellín, sábado 1.º de diciembre de 2001.